La Igleisa necesita de santos, lo sabemos, y ella necesita también de artistas hábiles y capaces; los unos y los otros, santos y artistas, son testimonio del espíritu que vive en Cristo (Pablo VI Carta a los miembros de la Comisión Diocesana de Arte Sacra. 4 de junio de 1967).
lunes, 26 de noviembre de 2012
jueves, 15 de noviembre de 2012
miércoles, 14 de noviembre de 2012
LA ANAFORA
La Palabra anáfora tiene un doble
significado: anuncio, notificar a una personalidad: y el significado de oferta
elevada en favor de la comunidad. Es un término usado tanto por paganos como
por cristianos, pero los cristianos exaltan el ofrecimiento del sacrificio de
culto (Hebreos 13,15; 1Pedro 2,5).
Anáfora es la acción del ofrecimiento
eucarístico; es el formulario empleado en la acción eucarística; es la materia
ofrecida en el eucaristía; es el velo litúrgico que cubre las especies
eucarísticas. De estas cuatro acepciones la más usada en el lenguaje litúrgico
es la prese sacerdotal eucarística.
Las liturgias celebradas en una lengua
diferente al greco no la han traducido conservando el vocablo original.
La Iglesia siro-occidental llama así la
parte de la eucaristía que va del beso de paz hasta la comunión.
Históricamente surge como sustantivo de
eucaristía, fracción del pan y profundiza la idea del ofrecimiento como
sacrificio. En el verbo ana-phero la teología eucarística subraya la idea de
elevación-ascensión.
lunes, 12 de noviembre de 2012
LA CONCELEBRACIÓN EUCARÍSTICA. DEL SÍMBOLO A LA REALIDAD
“Jesús se
llevó con él a Pedro, a Santiago y a Juan, y los condujo, a ellos solos aparte,
a un monte alto y se transfiguró ante ellos. Sus vestidos se volvieron
deslumbrantes y muy blancos; tanto, que ningún batanero en la tierra puede
dejarlos así de blancos. Y se les aparecieron Elías y Moisés, y conversaban con
Jesús. Pedro, tomando la palabra, le dice a Jesús: -Maestro, qué bien estamos
aquí; hagamos tres tiendas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías”
(Mc 9, 2-5).
sábado, 10 de noviembre de 2012
LAS ACLAMACIONES EN LA CELEBRACIÓN EUCARÍSTICA
En la antigüedad las aclamaciones eran los
gritos con los cuales las personas, generalmente reunidas en asamblea,
manifestaban su aprobación por una cosa o por alguien. En la antigua Roma se
llamaba aclamación la ceremonia decretada al general vencedor, y después, la
elección del emperador por parte de las tropas, a vivo voz y sin recurso al
voto. Este uso permaneció hasta hace poco tiempo, también como forma de
elección del Romano Pontífice.
jueves, 8 de noviembre de 2012
LITURGIA: LA BENDICIÓN
La bendición es, en el Antiguo Testamento,
una confesión pública de la potencia de Dios y el favor concedido por Dios al
hombre. Las cosas, los campos y las propiedades, son bendecidas para que sean
un bien para el hombre. La fuente de toda bendición es Dios, aunque el hombre
pueda también bendecir. En Cristo “hemos sido bendecidos con toda clase de
bendiciones espirituales” (Efesios 1,3) y la Iglesia ha recibido la facultad de
bendecir. Por medio de la bendición se consagra a Dios todo aquello que
poseemos y hacemos.
martes, 6 de noviembre de 2012
MESSA DEL RINGRAZIAMENTO
RITO DE
INTRODUZIONE
Nel nome del Padre e
del Figlio e dello Spirito Santo.
R. Amen.
SALUDO
DEL SACERDOTE
Il Signore, che guida i
nostri cuori nell’amore e nella pazienza di Cristo, sia con tutti voi.
R. E con il tuo spirito
ATTO
PENITENZIAL
Il Signore ha detto: «Chi
di voi è senza peccato, scagli la prima pietra». Riconosciamoci tutti peccatori
e perdoniamoci a vicenda dal profondo del cuore.
Si fa una breve pausa di silenzio; poi il sacerdote dice le seguenti
invocazioni:
Signore, che non sei
venuto a condannare, ma a perdonare, abbi pietà di noi.
R. Signore pietà
Cristo, che fai festa
per ogni peccatore pentito, abbi pietà di noi.
R. Cristo pietà
Signore, che perdoni
molto a chi molto ama, abbi pietà di noi.
R. Signore pietà
Dio omnipotente abbia misericordia di noi, perdoni i
nostri peccati e ci conduca alla vita eterna.
R. Amen
martes, 23 de octubre de 2012
CREDO. Cuál ? Cómo?
En relación a la oración del Credo que se
realiza durante la celebración eucarística, la Iglesia nos recomienda, por
medio de la instrucción Redemptionis Sacramentum de la Congregación para el
Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos que no es permitido que los
sacerdotes, o diáconos, o bien fieles laicos, cambian y varían a su propio
arbitrio, aquí o allí, los textos de la sagrada Liturgia que ellos pronuncian.
Cuando hacen esto, convierten en inestable la celebración de la sagrada
Liturgia y no raramente adulteran el sentido auténtico de la Liturgia. En la
santa Misa y en otras celebraciones de la sagrada Liturgia no se admita un
«Credo» o Profesión de fe que no se encuentre en los libros litúrgicos
debidamente aprobados. Porque el contenido del Credo no se puede cambiar,
porque es la profesión de fe eclesial.
Cuando se cantan las partes fijas de la Misa (Credo,
Gloria, Santo…) se deben respetar los contenidos de los textos, aunque exista
un espacio para la variedad y la creatividad. Se debe preferir siempre aquellos
cantos, que mantienen el texto del Misal Romano. Por lo general, en la búsqueda
de hacer más accesible la liturgia a los fieles, se empobrece el mensaje
contenido en los textos litúrgicos, que han alimentado la espiritualidad
cristiana de tantas generaciones.
jueves, 20 de septiembre de 2012
EL MISAL
Por la misma
exigencia de orden práctico y en el mismo
período (finales del siglo X) comienzan
a aparecer libros que contienen todos
los elementos para la celebración de
la eucaristía (oraciones, lecturas,
cantos, ordo missae).
Se llama a ese libro Missale, o Liber missalis, o Missale plenarium.
La rapidez de difusión del Misal (con la consiguiente extinción gradual de
los sacramentarios) se debe al hecho de la multiplicación de las misas privadas, en que el celebrante decía todo, incluso lo que correspondía a los otros ministros. Esto continuará siendo normal incluso en las celebraciones comunitarias, en las que tales ministros estaban presentes. El
Misal es así el libro en que confluyen el Sacramentario, el Leccionario (de Murbach), el antifonario y los
primeros Ordines.
El
más importante es el llamado Missale secundum
consuetudinem curiae, que tuvo una gran
difusión por haberlo aceptado la orden de los Frailes
menores, que prácticamente lo llevaron en todas sus peregrinaciones
misioneras. Será el primer Misal impreso, como editio princeps, en Milán el año 1474.
martes, 18 de septiembre de 2012
EL PONTIFICAL
Con este nombre se
designa el libro que contiene fórmulas y ritos de las celebraciones reservadas al obispo
(pontífice), como la
confirmación, las ordenaciones, las consagraciones de iglesias, de vírgenes, la bendición de abades, pero también la
coronación de reyes
y de emperadores...
El primer libro
de este género es el Pontifical
Romano-Germánico del siglo X (= PRG). Compuesto hacia el 950 en Maguncia, es un interesante ejemplo de la
obra de adaptación de la
liturgia romana a los países
franco-germánicos. Se presenta como
una mina de ritos y de fórmulas, pero
también de partes didácticas, como sermones, moniciones, exposiciones de
misa, con doscientos cincuenta y ocho
títulos de celebraciones diferentes lo. El PRG, llevado a Roma por los Otones, luego fue simplificado y reducido, especialmente a partir de Gregorio VII (10731085). Encontramos así algunos pontificales reducibles a un tipo,
llamado por el editor Andrieu "el pontifical romano del siglo XII”.
domingo, 16 de septiembre de 2012
LOS ORDINES
Para una celebración
litúrgica no bastan los diferentes libros que contienen los textos, sino que se necesita conocer
el modo de estructurar el
desarrollo de la celebración misma. Los libros mencionados sólo rara vez llevan rúbricas (así llamadas por estar escritas en rojo = ruber). De éstas se encargan libros especiales,
que se llamarán Ordo (plural, Ordines) u Ordinarium.
El origen de
tales libros se debe sobre todo a la
necesidad del clero franco, que
quiere saber cómo se desarrollan
en Roma las diversas celebraciones.
Después de las ediciones parciales de G. Cassander (1558-1561) y M. Hittorp (1568), J. Mabillon-M. Germain (1687-1689), E. Marténe (1700-1702), L. Duchesne (1889), finalmente
M. Andrieu publica la edición crítica
de todos los Ordines romani hasta ahora conocidos Contra
los quince ordices de Mabillon, él distingue
cincuenta, divididos en diez secciones, y reducibles a dos familias: A (romana pura) y B (romanofranca). Entre ellos los más importantes son el I, que trata de la misa papal en el siglo VIII; el XI, que describe los ritos del catecumenado (aquí los escrutinios se
convierten sin más en siete y se trasladan a los días laborables), y el L, llamado también Ordo
romanus antiquus, que será el núcleo del Pontifical romano-germánico del siglo X.
Para la historia de la liturgia medieval no se subrayará nunca bastante la importancia de tales
ordines, junto
con las Consuetudines monasticae y
los Capitularia (aquí en el sentido de decisiones administrativojurídicas, disciplinares de sínodos, concilios particulares, etc.).
viernes, 14 de septiembre de 2012
EL ANTIFONARIO
Es el libro que contiene los cantos de la misa, y está destinado al cantor, o
al coro.
Los
más antiguos antifonarios, que hay que emparentar con los gelasianos
del siglo VIII, no tienen todavía notación musical. Se
trata de seis códices, publicados en
sinopsis porHesbert, el primero de los cuales es sólo un cantatorium o
graduale, porque contiene sólo los cantos interleccionales. Es el Cantatorio de Monza. Los demás no son italianos: Rheinau, Mont-Blandin, Compiégne, Corbie, Senlis. Son todos del siglo IX.
miércoles, 12 de septiembre de 2012
EL LECCIONARIO
Al principio se leían directamente de la Biblia las lecturas para la celebración litúrgica, de modo más o menos continuo. Cuando se comenzó a escoger fragmentos
para determinados días, éstos fueron
marcados en el margen del texto
sagrado. En un segundo momento
se hizo, primero como apéndice
del libro y luego como códice aparte,
un elenco de perícopasdistribuidas
para varios días. De ahí el término capitularia, porque hacían
la lista de los capitula con la indicación del
comienzo y del fin de cada fragmento (faltaba la actual división en capítulos y versículos).
Encontramos así leccionarios que contienen sólo los evangelios (llamados capitularía
evangeliorum), o sólo las lecturas
no evangélicas (llamados Comes,
o Liber Comitis, o Liber commicus) o también
ambos.
lunes, 10 de septiembre de 2012
EL SACRAMENTARIO
Es el libro del celebrante, obispo o
presbítero, y contiene las
fórmulas eucológicas para la eucaristía y los sacramentos.
El primero es el así llamado Sacramentario gelasiano antiguo. Se conserva únicamente en el cod. Vat. reg. lat. 316. Transcrito hacia el 750 en Chelles, cerca de París, fue publicado en 1680 por G. Tomas.
La última edición de Mohlberg
tiene como título Liber sacramentorum romanae ecclesiae ordinis anni circuli (RED 4, Roma 1960). El título gelasiano es impropio. Se debe al hecho de que se ha querido
identificar este libro con las "Sacramentorum praefationes et orationes" que, según el Liber Pontificales (ed. Duchesne, París 1925, 1, 225), Gelasio
compuso "cauto
sermone".
sábado, 8 de septiembre de 2012
PARTICIPACIÓN ACTIVA - Conclusión
Hemos
visto que la participación activa es una exigencia de la misma naturaleza de la
liturgia y esta resulta de la íntima unión entra la participación externa e interna,
y el todo es orientado a la participación perfecta y completa que se actúa con
la comunión sacramental. La constitución conciliar insiste en la participación
activa como medio para la santificación de los hombres y el culto a Dios. Es decir, el objeto de la participación, aquello en lo que se participa es
en la salvación del hombre y en la gloria que supone esto para Dios. Esta es la
meta, el objetivo final.
La formación, la catequesis litúrgica, los cantos, las respuestas, los gestos,
posturas, etc. son los medios para unirse y dar culto a Dios. Las adaptaciones que
se hicieron a la liturgia deben entenderse como un medio para alcanzar la meta
de la participación en la celebración, no debe entenderse como su fin y objeto.
jueves, 6 de septiembre de 2012
EXIGENCIAS DE LA “PARTICIPACIÓN ACTIVA”
La participación es una exigencia de la naturaleza misma
de la liturgia. Ésta consiste en estar presentes activamente en la acción
mistérica de Cristo actuada en la celebración. La liturgia es el medio como se
ejerce la obra de nuestra redención[1].
Cuando los files participan de la celebración están en situación de presencia
en el acontecimiento histórico de la salvación y ejercen en Cristo, por Cristo
y con Cristo siempre presente y siempre vivo, su sumo y único sacerdocio.
martes, 4 de septiembre de 2012
LA PARTICIPACIÓN ACTIVA COMO CATALIZADOR ENTRE MISTERIO DE LA SALVACIÓN Y VIDA
La celebración integra el misterio de la salvación en
una acción litúrgica de santificación y de culto para la vida del fiel, que
alimenta su vida cristiana. Se integra la vida cristiana en una acción
litúrgica a través de la cual el misterio se convierte en historia en el aquí y
ahora celebrativo. La participación cumple la función de fermento de las
actividades de los participantes. La Liturgia, por la cual se realiza la obra de nuestra Redención contribuye
a que los fieles expresen en su vida, y manifiesten a los demás, el misterio de
Cristo y la naturaleza auténtica de la verdadera Iglesia. La liturgia robustece
las fuerzas para predicar a Cristo y presenta así la Iglesia, a los que están
fuera, como signo levantado en medio de las naciones, para que, bajo de él, se
congreguen en la unidad los hijos de Dios que están dispersos, hasta que haya
un solo rebaño y un solo pastor[1].
domingo, 2 de septiembre de 2012
LA PARTICIPACIÓN COMO EJERCICIO DEL SACERDOCIO CRISTIANO
Todos los fieles por participar del sacerdocio común,
en virtud del bautismo, pueden dar respuestas adecuadas a la intervención de
las personas divinas tomando parte en la celebración. El sacerdocio de los
bautizados tiene implicaciones litúrgicas, éste está en íntima relación con el
sacerdocio ministerial, sin confundirse con él, ya que ambos participan de la
misma fuente y síntesis del único sumo y eterno sacerdote, Jesucristo.
miércoles, 29 de agosto de 2012
LA PARTICIPACIÓN EN RELACIÓN DIRECTA CON LA CELEBRACIÓN
Existe una relación directa entre la participación y
la celebración, no solo en la
celebración sacramental, sino también en la no sacramental, como la
liturgia de las horas. En las celebraciones están implicados el ministro o los
ministros (que celebran o concelebran), los sujetos (bautizados, confirmados,
penitentes), y todos los participantes, en formas diversas. Todos de algún modo
intervienen por medio de oraciones, respuestas, cantos, gestos, ritos, etc.
lunes, 27 de agosto de 2012
PARTICIPACIÓN: CONOCIMIENTO, ACCIÓN Y EMOTIVIDAD
Todo el contenido de la Sacrosanctum Concilium está dirigido a hacer explicito el concepto
de participación activa en la liturgia. La constitución conciliar usa en 16
números el término participación, acompañándola con diversos adjetivos que
especifican su significado (11, 14, 17, 19, 21, 27, 30, 31, 41, 48, 50, 55, 79,
114, 121, 124). Los adjetivos que se utiliza más frecuente, con participación,
son “activa” (5 veces), Consciente (4 veces), fructuosa, plena, comunitaria,
pía, fácil. Todos estos adjetivos involucran las tres dimensiones de la persona
humana: acción (voluntad), conocimiento (inteligencia) y emotividad (pía,
fructuosa, plena).
sábado, 25 de agosto de 2012
SIGNIFICADO DE PARTICIPACIÓN EN LA SACROSANCTUM CONCILIUM
La Sacrosanctum
Concilium en continuidad con la Mediator Dei profundiza y clarifica el
concepto de participación. La Iglesia desea ardientemente que la participación
plena, consciente y activa en las celebraciones litúrgicas llegue a todos los
fieles, ya que está es una exigencia de la naturaleza misma de la liturgia. La
liturgia es la fuente primaria y necesaria de donde los fieles beben el
espíritu verdaderamente cristiano. La participación activa es un derecho y
obligación de todo el pueblo cristiano, en virtud del bautismo, linaje
escogido, sacerdocio real, nación santa, pueblo adquirido[1].
jueves, 23 de agosto de 2012
PARTICIPACIÓN ACTIVA - Contenidos de la Sacrosanctum Concilium
La Constitución Sacrosanctum
Concilium fue el primer documento aprobado por los padres conciliares. Es
fruto de un concilio que advierte la necesidad de la Iglesia de fortalecer su
fe, que siente la urgente necesidad de dar una mayor eficacia a su sana
vitalidad y de promover la santificación de sus miembros, la difusión de la
verdad revelada y la consolidación de sus estructuras[1]. Dentro
del amplio horizonte de renovación del Pueblo de Dios tiene especial
importancia la vida litúrgica. La Constitución buscará fomentar la vida
litúrgica, en una línea de continuidad con la Tradición viva de la Iglesia, a
fin de que todos sus hijos puedan participar de ella con mayor provecho
espiritual.
martes, 21 de agosto de 2012
EL ORIGEN HISTÓRICO DE LA EXPRESIÓN “actuosa participatio”
El adjetivo “activa” es usado por primer para vez por
el Magisterio en el motu proprio Tra le
sollecitudini (1903), de Pio X. Para el Papa la liturgia es el lugar
privilegiado donde florece y se mantiene el espíritu cristiano. La
participación activa a los sagrados misterios y a la oración solemne de la
Iglesia es la fuente donde los files beben y se alimentan de este espíritu
cristiano[1].Pio X
no se limitó a la enunciación del principio, sino que lo llevó a la práctica
promoviendo la comunión frecuente, la participación de los niños a la
eucaristía y permitió al acceso al rezo de la liturgia de las horas a los
laicos, reduciendo el número de los salmos.
domingo, 19 de agosto de 2012
EL CONCEPTO PARTICIPACIÓN
El concepto “participación” es introducido en el
vocabulario litúrgico en el siglo pasado, promovido por el Magisterio y por el
movimiento litúrgico. Participación deriva del latín (participatio = partem capere:
tomar parte), se usa como sinónimo de adhesión y de intervención. Su uso en la
liturgia deriva de diversos usos profanos. Es usado en el vocabulario político,
económico, social y en el lenguaje cotidiano, indicando no sólo la
participación en algo, sino también la invitación a participar. En este último
caso la participación significa una adhesión solidaria. Participación
significa, en general, el hecho de tener relación con, tener en común con,
estar en comunión; que equivaldría a relación, comunicación, semejanza, conjunción, etc[1].
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