Todos los fieles por participar del sacerdocio común,
en virtud del bautismo, pueden dar respuestas adecuadas a la intervención de
las personas divinas tomando parte en la celebración. El sacerdocio de los
bautizados tiene implicaciones litúrgicas, éste está en íntima relación con el
sacerdocio ministerial, sin confundirse con él, ya que ambos participan de la
misma fuente y síntesis del único sumo y eterno sacerdote, Jesucristo.