Himno de
adoración y alabanza (15, 3-4)
"Grandes y maravillosas son tus obras,
Señor, Dios omnipotente,
justos y verdaderos tus caminos,
¡oh Rey de los siglos!
Señor, Dios omnipotente,
justos y verdaderos tus caminos,
¡oh Rey de los siglos!
¿Quién no temerá, Señor,
y glorificará tu nombre?
Porque tú solo eres santo,
porque vendrán todas las naciones
y se postrarán en tu acatamiento,
porque tus juicios se hicieron manifiestos”.
y glorificará tu nombre?
Porque tú solo eres santo,
porque vendrán todas las naciones
y se postrarán en tu acatamiento,
porque tus juicios se hicieron manifiestos”.
En el
capítulo 15 inicia la visión celestial de los siete ángeles que llevan en sus
manos las últimas siete plagas. El canto de adoración y alabanza de los
versículos 3 y 4 surge de la boca de los redimidos, al igual que de Moisés y
los israelitas después de cruzar el Mar Rojo. El Himno se refiere al Cordero
quien obtiene para ellos la liberación de los perseguidores.