La Igleisa necesita de santos, lo sabemos, y ella necesita también de artistas hábiles y capaces; los unos y los otros, santos y artistas, son testimonio del espíritu que vive en Cristo (Pablo VI Carta a los miembros de la Comisión Diocesana de Arte Sacra. 4 de junio de 1967).
lunes, 21 de noviembre de 2011
MODO DE SERVIR LA MISA TRIDENTINA
En la sacristía:
1 - Tradicionalmente el servicio del altar forma
parte de las atribuciones proprias del clero, es decir de aquellos de entre los
fieles que se han consagrado de manera pública al servicio del culto divino.
Sin embargo desde hace siglos existe la praxis de confiar también a laicos el ejercicio de ciertas funciones ligadas al servicio del
altar, entre ellas el servicio de la
Misa rezada.
MISA TRIDENTINA - PARTICULARIDADES DE LA MISA REQUIEM
La misa rezada de difuntos
llamada también de Requiem a causa de las palabras con que
empieza su introito comporta una serie de reglas especiales, a saber :
·
Al principio de la misa se omite el salmo Judica me, es decir : después de decir la
antífona Introíbo ad
altare Dei y la
respuesta del ministro, el celebrante prosigue diciendo inmediatamente Adjutorium nostrum in nómine Domini y el resto (Confíteor, etc.) como de ordinario.
MISA TRIDENTINA - DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
51 - El celebrante junta en seguida las manos
ante el pecho y se llega al ángulo de la Epístola (entretanto el ministro ya habrá
trasladado allí el atril con el misal). Puesto de cara al libro y con las manos
juntas ante el pecho lee en voz alta la antífona llamada Communio.
MISA TRIDENTINA - PADRENUESTRO Y COMUNIÓN
J) PADRENUESTRO Y COMUNIÓN
42 - Puesto
de nuevo en pie y teniendo las manos extendidas y apoyadas sobre los corporales
dice el celebrante (en voz alta) Per omnia saecula saeculorum.
Una vez que el ministro (o los
fieles) hayan respondido Amén el celebrante, juntando las
manos ante el pecho e inclinando la cabeza, dice (en voz alta) Oremus.
MISA TRIDENTINA - CANON DE LA MISA DESPUÉS DE LA CONSAGRACIÓN
39 - El celebrante, erguido y con las manos
extendidas ante el pecho, prosigue diciendo (siempre en voz baja) Unde et memores etc. Al llegar a las palabras de tuis donis ac datis junta las manos ante el pecho y
poniendo la izquierda sobre el altar, pero dentro del corporal, traza cinco
cruces con la mano derecha: tres sobre la Hostia y el cáliz juntamente, a las palabras Hostiam+puram, Hostiam+sanctam, Hostiam+inmaculatam, una sobre la Hostia sola cuando dice Panem+sanctum vitae eternae y otra sobre el cáliz solamente diciendo et Calicem+salutis perpetuae.
MISA TRIDENTINA - CANON DE LA MISA HASTA LA CONSAGRACIÓN
34 - Concluido
el Sanctus el sacerdote pone la mano
derecha sobre el altar (directamente, sin juntarla antes con la izquierda
delante del pecho), y con la izquierda busca en el Misal la página del Canon. A
continuación (sin decir nada) eleva ambas manos hasta la altura de los hombros
al mismo tiempo que levanta sus ojos al cielo, volviendo a bajarlos al instante
mientras vuelve a juntar las manos ante el pecho e inclinándose profundamente
apoya sus manos unidas sobre el borde del altar[1] [33]. Estando ya profundamente
inclinado (y no antes) comienza a decir en voz baja Te ígitur etc. prosiguiendo siempre en voz baja
durante todo el Canon.
MISA TRIDENTINA - OFERTORIO
25 - Mientras
que el ministro (o los fieles) responden et cum spiritu tuo el sacerdote se vuelve por su izquierda hacia
el altar (pero sin moverse del centro, quedando de nuevo de cara a la cruz).
Extiende y junta las manos e
inclina la cabeza a la cruz diciendo al mismo tiempo Oremus. A continuación, con las manos juntas ante
el pecho, lee (en voz alta) la antífona al
Ofertorio que corresponda a la misa del día[1] 26.
MISA TRIDENTINA - EPÍSTOLA Y EVANGELIO
23 - A
continuación el sacerdote lee la
Epístola , el Gradual y el Aleluya (o el Tracto)20 teniendo
las manos sobre el Misal o sobre el atril, como prefiera, pero siempre de tal modo
que las manos toquen de alguna manera el libro.
Después, juntas las manos ante
el pecho, pasa al medio del altar donde, levantando los ojos a la cruz y
bajándolos luego dice, en secreto: Munda cor meum etc. y Iube Domine, etc.[1][2] 21 con el cuerpo profundamente inclinado pero
sin apoyar las manos en el altar.
MISA TRIDENTINA - ORACION COLECTA
22 - Una
vez respondido et cum spiritu
tuo, el
sacerdote se vuelve por su izquierda y se desplaza directamente (con las manos
juntas ante el pecho) hasta donde está el Misal (es decir, al extremo del lado
de la Epístola )
y se coloca de cara a él. Haciendo, entonces, con la cabeza inclinación mediocre
hacia la cruz del altar, extendiendo y juntando las manos al mismo tiempo, dice
en voz alta Oremus[1] 18 y prosigue
luego la lectura de la oración, con los dedos unidos y las manos extendidas,
aunque separadas de manera que ni su altura ni su separación exceda la de los
hombros y estén las palmas frente a frente.
MISA TRIDENTINA - INTROITO
21 - En
seguida se alza y pasa al lado de la Epístola , con las manos juntas ante el pecho. Se
coloca ante el misal y lee (en voz alta) el Introito de la misa del día. Al comenzar el Introito el sacerdote se santigua,
continuándolo con las manos juntas ante el pecho. Hace inclinación de cabeza
hacia la cruz al Gloria Patri, y repite el Introito sin
volver a santiguarse.
MISA TRIDENTINA - LLEGADA DEL SACERDOTE AL ALTAR
17 - Revestido
ya el sacerdote de los ornamentos sagrados, toma el bonete con la derecha y se cubre.
Luego toma el cáliz (por el nudo) con la mano izquierda, pone la derecha extendida
sobre la bolsa de los corporales (cuya apertura ha de mirar hacia el
celebrante), y llevándolo a la altura del pecho hace reverencia[1] a la cruz o imagen que presida
la sacristía (sin descubrirse), y con paso grave y aspecto modesto se dirige al
altar, precedido por el ministro.
MISA TRIDENTINA - PREPARACION Y VESTICIÓN DE LOS ORANAMENTOS
B) PREPARACION
Y VESTICIÓN DE LOS ORNAMENTOS
Ante todo no olvide el sacerdote que el Ritus servandus del Missale Romanum en su forma extraordinaria
comienza exhortando al celebrante a prepararse espiritualmente antes de acceder
al altar tanto con la oración personal como con la recitación del oficio
divino, así como con la recepción del sacramento de penitencia si ello fuere
necesario.
12 - Llegando
a la sacristía para celebrar, lo primero que debe hacer el sacerdote es asegurarse
que las páginas del Misal ha sido bien señaladas para la Misa que vaya a celebrar.
Hecho lo cual puede llevarlo él mismo o dejar que un sacristán lo lleve al
altar.
BREVE STORIA DELLA MESSA ROMANA
Breve storia della Messa Romana, di Michael Davies, diffusa nel 1997 dalla Latin Mass Societyof England and Wales e ripresa dal saggio dello stesso autore per Tan Books e basato su The Mass: A Study of the Roman Liturgy di Adrian Fortescue.
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