Por el sentido teológico
inherente a la celebración de la eucaristía o de un rito particular, los libros
litúrgicos permiten o prescriben, algunas veces, la celebración de la santa Misa
unida con otro rito, especialmente de los Sacramentos. En otros casos, sin
embargo, la Iglesia no admite esta unión, especialmente cuando lo que se
añadiría tiene un carácter superficial y sin importancia.
Además, según la antiquísima
tradición de la Iglesia romana, no es lícito unir el Sacramento de la
Penitencia con la santa Misa y hacer así una única acción litúrgica. Esto no
impide que algunos sacerdotes, independientemente de los que celebran o
concelebran la Misa, escuchen las confesiones de los fieles que lo deseen,
incluso mientras en el mismo lugar se celebra la Misa, para atender las necesidades
de los fieles. Pero esto, hágase de manera adecuada.