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sábado, 2 de julio de 2011

EL ALTAR POESIA

Hay una criatura que me ha sorbido el seso.
Es una criatura irracional.
Más aún, es una criatura inanimada.

Sin embargo, desde hace muchos años todos los días la beso dos veces. Una, cuando me acerco a ella; otra cuando me alejo y despido. Y lo hago porque así lo manda la Santa Madre Iglesia. A veces, incluso, la incienso. Esa criatura ¡...es el altar...!

viernes, 28 de enero de 2011

EL ALTAR PRIMITIVO

Cuando, en la edad apostólica y postapostólica, el rito agápico no había hecho aún la separación entre la mesa del banquete y la del sacrificio, el altar quizá no era un objeto litúrgico; servía para tal fin una de las mesas en forma de ese griega en torno a las cuales los fieles habían comido fraternalmente, y, más en concreto, aquella sobre la cual el obispo con los presbíteros había consagrado el pan santo. He ahí por qué no existió en este primer período un altar propiamente dicho, como solían concebirlo los paganos, que acusaban efectivamente a los cristianos de ateísmo; pero muy pronto, al afirmarse más y más el misterio eucarístico, distinguiéndose del banquete agápico, el rito consecratorio vino a celebrarse sobre una mesa especial (mensa, altare), la mensa dominica (frapera kuriou), como la llama San Pablo, constituida probablemente por una de aquellas mesas trípodes (fribadion) que contenía el mobiliario de toda casa patricia. Los diáconos, que cuidaban de ella, la colocaban, en el momento oportuno, en el lugar designado y disponían sobre ella el pan y el vino que había de consagrar el celebrante. Así describen los Acta Thomae (final del s.II) la preparación del rito eucarístico: Imperavit autem apostólas diácono suo ut "mensam iuxta poneréis; apposuerunt autem subsellium, quod ibi invenerant, et, strato linteo, imposuít panem benedictionis...

EL ALTAR FIJO, DE PIEDRA, ASOCIADO A LAS RELIQUIAS DE LOS MÁRTIRES

Con la paz de Constantino, el altar entra en una nueva fase. Esta presenta tres características importantes:
a) Abandona la madera y se construye preferentemente con materiales sólidos (piedra, mármol, metales preciosos).
b) Se fija de manera estable en el suelo.
c) Se asocia, por lo regular, a las reliquias de los mártires.
Esta evolución del altar se verifica contemporáneamente y, casi podríamos decir, de improviso en la primera mitad del siglo IV tanto en Oriente como en Occidente. Los Padres y escritores de la época nos dan el testimonio explícito; el Líber frontificalis aduce también un pseudo-decreto análogo del papa San Silvestre (314-335), pero este dato no parece atendible.
¿Cómo se llegó al altar fijo, de piedra, y a asociarlo a las reliquias de los mártires? El problema no se ha resuelto todavía claramente. Podemos, sin embargo, señalar algunas inducciones:

EL ALTAR PORTÁTIL

Las exigencias prácticas de la vida misionera debieron de sugerir la idea de pequeñas mesas de altar, portables, sobre las cuales pudiera celebrarse la misa durante los viajes (altaría portatilta, gestatoria, itineraria). En efecto, la primera noticia segura de tales altares la encontramos en una carta del año 511 dirigida a dos sacerdotes ingleses que iban a misionar a Bretaña. El ejemplar más antiguo parece debe considerarse la mesa de encina hallada en el sepulcro de San Cutberto, en Durban (Irlanda). La mesa está.revestida de una lámina de plata con dibujos e inscripciones fragmentarias repujadas. Dícese que un altar semejante fue hallado sobre el pecho de San Acca,obispo de Hexham (740); y el Venerable Beda cuenta de los dos ingleses misioneros entre los sajones que en el 692 llevaron consigo los vasos sagrados y una tabulum altaris vice dedicatum.

miércoles, 12 de enero de 2011

EL ALTAR


La teología del Altar está íntimamente relacionada con la teología de la eucaristía. Sabemos que a lo largo de la historia se ha integrado un doble aspecto: la comprensión de la eucaristía como la cena del Señor y como sacrificio.
Sobre la mesa pascual de la Última Cena, Jesús ofrece su Cuerpo y Sangre en el pan y el vino como anticipación de su propio sacrificio en la cruz.
Así, la mesa del banquete se vincula al ara del sacrificio. En cuanto mesa, el altar es símbolo del banquete de la Pascua de Jesús y subraya el aspecto de encuentro fraternal entre los participantes. En cuanto ara, el altar es lugar del sacrificio en donde ofrecemos a Dios nuestra vida hecha ofrenda unida al sacrificio de Cristo.

lunes, 27 de diciembre de 2010

L’ALTARE E L’ORIENTAMENTO DELLA PREGHIERA NELLA LITURGIA

         Le trasformazioni fin qui descritte della sinagoga in funzione della liturgia cristiana permettono – come si è già detto – di riconoscere molto chiaramente la continuità e la novità nel rapporto tra Antico e Nuovo Testamento anche dal punto di vista architettonico. Prendeva così forma lo spazio per il culto cristiano vero e proprio, la celebrazione eucaristica, con il servizio della Parola ad essa ordinato. È chiaro che ulteriori sviluppi erano non solo possibili, ma necessari. Il Battesimo doveva trovare un suo spazio appropriato. Il sacramento della penitenza ha avuto una lunga evoluzione, i cui risultati dovevano trovare riscontro nella conformazione della Chiesa.           

domingo, 26 de diciembre de 2010

EL ALTAR

El altar (altar = altius) es el punto de partida para la construcción de toda la capilla y el elemento unificante del presbiterio y todo el espacio litúrgico. Este debe ser «el centro hacia el cual convergen espontáneamente la atención de los fieles». El nombre altar viene de alta ara, que significa: lugar elevado de sacrificio. Es el vértice de la montaña santa y el punto de convergencia del centro del universo que representa el templo. Es la simbolización de la Mesa de la última Cena, que fue sacramento del Calvario. Es el lugar del memorial del Sacrificio del Cristo total, cabeza y miembros, esposo y esposa. El altar no es un accesorio, un mueble o un elemento decorativo, sino el centro arquitectónico del templo, constituido por la Mesa del Sacrificio Eucarístico y su espacio. Es el punto de referencia de todo el templo, pues en él se realiza el Sacrificio Eucarístico y el Banquete Sagrado. La centralidad del altar con relación al templo refleja la centralidad de Cristo en la asamblea litúrgica y en el mundo.