Según una tradición
piadosa de la Iglesia que se remonta por lo menos hasta el tiempo del Papa
Gregorio Magno, la Missa Tricenarii Gregoriani, o sea, una serie gregoriana o
misa gregoriana, consiste en treinta misas celebradas en días consecutivos por
el eterno descanso del alma de un fiel difunto. Característica de esta devoción
es que las 30 misas sean celebradas en días inmediatamente consecutivos. Sin embargo,
en la declaración de la sagrada Congregación para el Culto del 24 de febrero de
1967, se declara: “Si la serie se interrumpe por un impedimento imprevisto (v.gr.,
una enfermedad) o por otra causa razonable (v.gr., la celebración de una misa
fúnebre o de un matrimonio), los frutos de sufragio, que hasta ahora la
práctica de la Igleisa y la piedad de los fieles han atribuido a esta serie, se
mantiene por disposición de la Iglesia, quedando firme la obligación del
sacerdote de completar cuanto antes la celebración de las terinta misas”.
Comúnmente, un mismo sacerdote celebra las 30 misas. Sin embargo, esto no es
necesario para la validez de la serie gregoriana siempre que las 30 misas se
celebren en días consecutivos.