Existe una relación directa entre la participación y
la celebración, no solo en la
celebración sacramental, sino también en la no sacramental, como la
liturgia de las horas. En las celebraciones están implicados el ministro o los
ministros (que celebran o concelebran), los sujetos (bautizados, confirmados,
penitentes), y todos los participantes, en formas diversas. Todos de algún modo
intervienen por medio de oraciones, respuestas, cantos, gestos, ritos, etc.