La aureola, también llamada nimbo, no es de origen cristiano. Esta está presente en numerosas obras de arte paganas de la antigüedad. La mayor parte de los dioses olímpicos son representados con una aureola en forma de disco luminoso. En época helenística el nimbo circunda la cabeza de los personajes incisos sobre las estelas funerarias, esto expresa la deferencia que debemos al mundo del más allá. Cuando el personaje se encuentra en una habitación la aureola es azul. El azul es el color del cielo, donde moran los dioses. Una aureola con centro blanco que se transforma en azul en las extremidades representado la irradiación. Con los rayos los artistas significaban la divinidad de los misteriosos personajes. Algunas veces teniendo que representarla sobre las monedas, se limitaron a un círculo netamente inciso alrededor de la cabeza. La circulación de las monedas hizo conocer ampliamente el signo, que se transforma en algo convencional, usado por todos los artistas para representar la misma idea. El disco colocado alrededor de la cabeza significaba que el personaje se trataba de una divinidad o de alguien que tenía el honor de estar relacionado con los dioses.
El sentido de tal signo era tan notorio que los cristianos lo emplearon intencionalmente en el lenguaje visivo. Encontramos numerosos testimonios de ellos en las catacumbas, donde aparece inciso en esculturas, mosaicos, pinturas, madera, iconos, vestidos, etc.