La aureola, también llamada nimbo, no es de origen cristiano. Esta está presente en numerosas obras de arte paganas de la antigüedad. La mayor parte de los dioses olímpicos son representados con una aureola en forma de disco luminoso. En época helenística el nimbo circunda la cabeza de los personajes incisos sobre las estelas funerarias, esto expresa la deferencia que debemos al mundo del más allá. Cuando el personaje se encuentra en una habitación la aureola es azul. El azul es el color del cielo, donde moran los dioses. Una aureola con centro blanco que se transforma en azul en las extremidades representado la irradiación. Con los rayos los artistas significaban la divinidad de los misteriosos personajes. Algunas veces teniendo que representarla sobre las monedas, se limitaron a un círculo netamente inciso alrededor de la cabeza. La circulación de las monedas hizo conocer ampliamente el signo, que se transforma en algo convencional, usado por todos los artistas para representar la misma idea. El disco colocado alrededor de la cabeza significaba que el personaje se trataba de una divinidad o de alguien que tenía el honor de estar relacionado con los dioses.
El sentido de tal signo era tan notorio que los cristianos lo emplearon intencionalmente en el lenguaje visivo. Encontramos numerosos testimonios de ellos en las catacumbas, donde aparece inciso en esculturas, mosaicos, pinturas, madera, iconos, vestidos, etc.
Se tiene la impresión que los artistas cristianos hayan repensado la forma y el uso del signo, confiriéndole poco a poco un nuevo uso. Se busca resaltar la importancia de un personaje de la escena que se ilustra. En el siglo II y II, el uso de este signo no representa una particular pureza moral o doctrinal del personaje. Es solo un gesto de reverencia hacia él o sus acciones.
A partir del siglo IV la aureola comienza a ser comúnmente presente en Cristo, consolidándose el uso en el siglo V, no sólo para Él, sino también para todos los discípulos, que son objeto de la admiración y estima de los cristianos. Para distinguir el homenaje que se da a Cristo con el de los apóstoles, el nimbo de Cristo fue dotado de atributos particulares, como la cruz.
En el siglo XVI, cuando la Iglesia fija el ceremonial para la canonización el significado del símbolo se cristalizó, transformándose en atributo típico de los santos; indicaba que su santidad era oficial.
Con la aparición de la perspectiva surge el problema de dar al nimbo una forma más ligera, para evitar el macizo plano circular detrás de la cabeza de los santos. En él se veía un incomprensible plato de oro extraño, detrás de un rostro que aparecía de perfil, del todo absurdo en un personaje visto de espaldas. Entre el siglo XIV y XV el nimbo es abandonado. Algunos artistas buscaron hacerlo más ligero dándole una forma hexagonal, produciendo realmente el efecto contrario. El hábito a ver el circulo era tal que la nueva forma parecía expresar una santidad de segundo grado o una herejía.
El renacimiento, que tendía siempre a las formas simples (el triangulo, el cuadrado, el círculo) encontró en la sutil línea circular de oro en torno a la cabeza de los personajes, un modo útil de resolver el problema de la perspectiva.
Para concluir podemos decir, que también algunos animales portan la aureola. Entre ellos se encuentra el cordero, símbolo de Cristo; la paloma, símbolo del Espíritu Santo; las cuatro bestias que forman el tetramorfo, que simbolizan los evangelistas.
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