Tomás H. Jerez

jueves, 15 de noviembre de 2012

XVII CONVEGNO LITURGICO PER SEMINARISTI


Le mie mani alzate come sacrificio della sera (sal 141,2).

Anno della fede

Gesti e atteggiamenti del corpo nella liturgia

Roma 27-29 dicembre 2012

miércoles, 14 de noviembre de 2012

LA ANAFORA


La Palabra anáfora tiene un doble significado: anuncio, notificar a una personalidad: y el significado de oferta elevada en favor de la comunidad. Es un término usado tanto por paganos como por cristianos, pero los cristianos exaltan el ofrecimiento del sacrificio de culto (Hebreos 13,15; 1Pedro 2,5).
Anáfora es la acción del ofrecimiento eucarístico; es el formulario empleado en la acción eucarística; es la materia ofrecida en el eucaristía; es el velo litúrgico que cubre las especies eucarísticas. De estas cuatro acepciones la más usada en el lenguaje litúrgico es la prese sacerdotal eucarística.
Las liturgias celebradas en una lengua diferente al greco no la han traducido conservando el vocablo original.
La Iglesia siro-occidental llama así la parte de la eucaristía que va del beso de paz hasta la comunión.
Históricamente surge como sustantivo de eucaristía, fracción del pan y profundiza la idea del ofrecimiento como sacrificio. En el verbo ana-phero la teología eucarística subraya la idea de elevación-ascensión.

lunes, 12 de noviembre de 2012

LA CONCELEBRACIÓN EUCARÍSTICA. DEL SÍMBOLO A LA REALIDAD

“Jesús se llevó con él a Pedro, a Santiago y a Juan, y los condujo, a ellos solos aparte, a un monte alto y se transfiguró ante ellos. Sus vestidos se volvieron deslumbrantes y muy blancos; tanto, que ningún batanero en la tierra puede dejarlos así de blancos. Y se les aparecieron Elías y Moisés, y conversaban con Jesús. Pedro, tomando la palabra, le dice a Jesús: -Maestro, qué bien estamos aquí; hagamos tres tiendas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías” (Mc 9, 2-5).

sábado, 10 de noviembre de 2012

LAS ACLAMACIONES EN LA CELEBRACIÓN EUCARÍSTICA



En la antigüedad las aclamaciones eran los gritos con los cuales las personas, generalmente reunidas en asamblea, manifestaban su aprobación por una cosa o por alguien. En la antigua Roma se llamaba aclamación la ceremonia decretada al general vencedor, y después, la elección del emperador por parte de las tropas, a vivo voz y sin recurso al voto. Este uso permaneció hasta hace poco tiempo, también como forma de elección del Romano Pontífice.


jueves, 8 de noviembre de 2012

LITURGIA: LA BENDICIÓN




La bendición es, en el Antiguo Testamento, una confesión pública de la potencia de Dios y el favor concedido por Dios al hombre. Las cosas, los campos y las propiedades, son bendecidas para que sean un bien para el hombre. La fuente de toda bendición es Dios, aunque el hombre pueda también bendecir. En Cristo “hemos sido bendecidos con toda clase de bendiciones espirituales” (Efesios 1,3) y la Iglesia ha recibido la facultad de bendecir. Por medio de la bendición se consagra a Dios todo aquello que poseemos y hacemos.

martes, 6 de noviembre de 2012

MESSA DEL RINGRAZIAMENTO


 RITO DE INTRODUZIONE

Nel nome del Padre e del Figlio e dello Spirito Santo.
R. Amen.

SALUDO DEL SACERDOTE

Il Signore, che guida i nostri cuori nell’amore e nella pazienza di Cristo, sia con tutti voi.
R. E con il tuo spirito

ATTO PENITENZIAL

Il Signore ha detto: «Chi di voi è senza peccato, scagli la prima pietra». Riconosciamoci tutti peccatori e perdoniamoci a vicenda dal profondo del cuore.

Si fa una breve pausa di silenzio; poi il sacerdote dice le seguenti invocazioni:

Signore, che non sei venuto a condannare, ma a perdonare, abbi pietà di noi.
R. Signore pietà

Cristo, che fai festa per ogni peccatore pentito, abbi pietà di noi.
R. Cristo pietà

Signore, che perdoni molto a chi molto ama, abbi pietà di noi.
R. Signore pietà

Dio omnipotente abbia misericordia di noi, perdoni i nostri peccati e ci conduca alla vita eterna.
R. Amen


martes, 23 de octubre de 2012

CREDO. Cuál ? Cómo?


En relación a la oración del Credo que se realiza durante la celebración eucarística, la Iglesia nos recomienda, por medio de la instrucción Redemptionis Sacramentum de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos que no es permitido que los sacerdotes, o diáconos, o bien fieles laicos, cambian y varían a su propio arbitrio, aquí o allí, los textos de la sagrada Liturgia que ellos pronuncian. Cuando hacen esto, convierten en inestable la celebración de la sagrada Liturgia y no raramente adulteran el sentido auténtico de la Liturgia. En la santa Misa y en otras celebraciones de la sagrada Liturgia no se admita un «Credo» o Profesión de fe que no se encuentre en los libros litúrgicos debidamente aprobados. Porque el contenido del Credo no se puede cambiar, porque es la profesión de fe eclesial.

Cuando se cantan las partes fijas de la Misa (Credo, Gloria, Santo…) se deben respetar los contenidos de los textos, aunque exista un espacio para la variedad y la creatividad. Se debe preferir siempre aquellos cantos, que mantienen el texto del Misal Romano. Por lo general, en la búsqueda de hacer más accesible la liturgia a los fieles, se empobrece el mensaje contenido en los textos litúrgicos, que han alimentado la espiritualidad cristiana de tantas generaciones.

jueves, 20 de septiembre de 2012

EL MISAL

Por la misma exigencia de orden práctico y en el mismo período (finales del siglo X) comienzan a aparecer libros que contienen todos los elementos para la celebración de la eucaristía (oraciones, lecturas, cantos, ordo missae).
 
Se llama a ese libro Missale, o Liber missalis, o Missale plenarium.
 
 
La rapidez de difusión del Misal (con la consiguiente extinción gradual de los sacramentarios) se debe al hecho de la multiplicación de las misas privadas, en que el celebrante decía todo, incluso lo que correspondía a los otros ministros. Esto continuará siendo normal incluso en las celebraciones comunitarias, en las que tales ministros estaban presentes. El Misal es así el libro en que confluyen el Sacramentario, el Leccionario (de Murbach), el antifonario y los primeros Ordines.
 
El más importante es el llamado Missale secundum consuetudinem curiaeque tuvo una gran difusión por haberlo aceptado la orden de los Frailes menores, que prácticamente lo llevaron en todas sus peregrinaciones misioneras. Será el primer Misal impreso, como editio princeps, en Milán el año 1474. 

martes, 18 de septiembre de 2012

EL PONTIFICAL

Con este nom­bre se designa el libro que contiene fórmulas y ritos de las celebraciones reservadas al obispo (pontífice), como la confirmación, las ordenaciones, las consagraciones de iglesias, de vírgenes, la bendición de abades, pero también la coronación de reyes y de emperadores...
El primer libro de este género es el Pontifical Romano-Germánico del siglo X (= PRG). Compuesto hacia el 950 en Maguncia, es un interesante ejemplo de la obra de adaptación de la liturgia romana a los países franco-germánicos. Se presenta como una mina de ritos y de fórmulas, pero también de partes didácticas, como sermones, moniciones, exposiciones de misa, con doscientos cincuenta y ocho títulos de celebraciones diferentes lo. El PRG, llevado a Roma por los Otones, luego fue simplificado y reducido, especialmente a partir de Gregorio VII (1073­1085). Encontramos así algunos pontificales reducibles a un tipo, llamado por el editor Andrieu "el pontifical romano del siglo XII”.

domingo, 16 de septiembre de 2012

LOS ORDINES

Para una celebración litúrgica no bastan los diferentes libros que contienen los textos, sino que se necesita conocer el modo de estructurar el desarrollo de la celebración misma. Los libros mencionados sólo rara vez llevan rúbricas (así llamadas por estar escritas en rojo = ruber). De éstas se encar­gan libros especiales, que se llamarán Ordo (plural, Ordines) u Ordinarium.
El origen de tales libros se debe sobre todo a la necesidad del clero franco, que quiere saber cómo se desarrollan en Roma las diversas celebraciones.
Después de las ediciones parciales de G. Cassander (1558-1561) y M. Hittorp (1568), J. Mabillon-M. Germain (1687-1689), E. Marténe (1700-1702), L. Duchesne (1889), finalmente M. Andrieu publica la edición crítica de todos los Ordines romani hasta ahora conocidos Contra los quince ordices de Mabillon, él distingue cincuenta, divididos en diez secciones, y reducibles a dos familias: (romana pura) y B (romano­franca). Entre ellos los más importantes son el I, que trata de la misa papal en el siglo VIII; el XI, que describe los ritos del catecumenado (aquí los escrutinios se convierten sin más en siete y se trasladan a los días labora­bles), y el L, llamado también Ordo romanus antiquus, que será el núcleo del Pontifical romano-germánico del siglo X.
Para la historia de la liturgia medieval no se subrayará nunca bastante la importancia de tales ordines, junto con las Consuetudines monasticae y los Capitularia (aquí en el sentido de decisiones administrativo­jurídicas, disciplinares de sínodos, concilios particulares, etc.). 

viernes, 14 de septiembre de 2012

EL ANTIFONARIO

Es el libro que contiene los cantos de la misa, y está destinado al cantor, o al coro.



 
Los más antiguos antifonarios, que hay que emparentar con los gelasianos del siglo VIII, no tienen todavía notación musical. Se trata de seis códices, publicados en sinopsis porHesbertel primero de los cuales es sólo un cantatorium o graduale, porque contiene sólo los cantos interleccionales. Es el Cantatorio de Monza. Los demás no son italianos: Rheinau, Mont-Blandin, Compiégne, Corbie, Senlis. Son todos del siglo IX.

miércoles, 12 de septiembre de 2012

EL LECCIONARIO

Al principio se leían directamente de la Biblia las lecturas para la celebración litúrgica, de modo más o menos continuo. Cuando se comenzó a escoger fragmentos para determinados días, éstos fueron marcados en el margen del texto sagrado. En un segundo momento se hizo, primero como apéndice del libro y luego como códice aparte, un elenco de perícopasdistribuidas para varios días. De ahí el término capitularia, porque hacían la lista de los capitula con la indicación del comienzo y del fin de cada fragmento (faltaba la actual división en capítulos y versículos).
Encontramos así leccionarios que contienen sólo los evangelios (llamados capitularía evangeliorum), o sólo las lecturas no evangélicas (llamados Comes, o Liber Comitis, o Liber commicus) o también ambos.

lunes, 10 de septiembre de 2012

EL SACRAMENTARIO


Es el libro del celebrante, obispo o presbí­tero, y contiene las fórmulas eucológicas para la eucaristía y los sacramentos.
El primero es el así llamado Sacramentario gelasiano antiguo. Se conserva únicamente en el cod. Vat. reg. lat. 316. Transcrito hacia el 750 en Chelles, cerca de París, fue publicado en 1680 por G. Tomas. La última edición de Mohlberg tiene como título Liber sacramentorum romanae ecclesiae ordinis anni circuli (RED 4, Roma 1960). El título gelasiano es impropio. Se debe al hecho de que se ha querido identificar este libro con las "Sacramentorum prae­fationes et orationes" que, según el Liber Pontificales (ed. Duchesne, París 1925, 1, 225), Gelasio compuso "cauto sermone".

sábado, 8 de septiembre de 2012

PARTICIPACIÓN ACTIVA - Conclusión


            Hemos visto que la participación activa es una exigencia de la misma naturaleza de la liturgia y esta resulta de la íntima unión entra la participación externa e interna, y el todo es orientado a la participación perfecta y completa que se actúa con la comunión sacramental. La constitución conciliar insiste en la participación activa como medio para la santificación de los hombres y el culto a Dios. Es decir, el objeto de la participación, aquello en lo que se participa es en la salvación del hombre y en la gloria que supone esto para Dios. Esta es la meta, el objetivo final. La formación, la catequesis litúrgica, los cantos, las respuestas, los gestos, posturas, etc. son los medios para unirse y dar culto a Dios. Las adaptaciones que se hicieron a la liturgia deben entenderse como un medio para alcanzar la meta de la participación en la celebración, no debe entenderse como su fin y objeto.


jueves, 6 de septiembre de 2012

EXIGENCIAS DE LA “PARTICIPACIÓN ACTIVA”


La participación es una exigencia de la naturaleza misma de la liturgia. Ésta consiste en estar presentes activamente en la acción mistérica de Cristo actuada en la celebración. La liturgia es el medio como se ejerce la obra de nuestra redención[1]. Cuando los files participan de la celebración están en situación de presencia en el acontecimiento histórico de la salvación y ejercen en Cristo, por Cristo y con Cristo siempre presente y siempre vivo, su sumo y único sacerdocio.


martes, 4 de septiembre de 2012

LA PARTICIPACIÓN ACTIVA COMO CATALIZADOR ENTRE MISTERIO DE LA SALVACIÓN Y VIDA


La celebración integra el misterio de la salvación en una acción litúrgica de santificación y de culto para la vida del fiel, que alimenta su vida cristiana. Se integra la vida cristiana en una acción litúrgica a través de la cual el misterio se convierte en historia en el aquí y ahora celebrativo. La participación cumple la función de fermento de las actividades de los participantes. La Liturgia, por la cual se realiza la obra de nuestra Redención contribuye a que los fieles expresen en su vida, y manifiesten a los demás, el misterio de Cristo y la naturaleza auténtica de la verdadera Iglesia. La liturgia robustece las fuerzas para predicar a Cristo y presenta así la Iglesia, a los que están fuera, como signo levantado en medio de las naciones, para que, bajo de él, se congreguen en la unidad los hijos de Dios que están dispersos, hasta que haya un solo rebaño y un solo pastor[1].


domingo, 2 de septiembre de 2012

LA PARTICIPACIÓN COMO EJERCICIO DEL SACERDOCIO CRISTIANO


Todos los fieles por participar del sacerdocio común, en virtud del bautismo, pueden dar respuestas adecuadas a la intervención de las personas divinas tomando parte en la celebración. El sacerdocio de los bautizados tiene implicaciones litúrgicas, éste está en íntima relación con el sacerdocio ministerial, sin confundirse con él, ya que ambos participan de la misma fuente y síntesis del único sumo y eterno sacerdote, Jesucristo.

miércoles, 29 de agosto de 2012

LA PARTICIPACIÓN EN RELACIÓN DIRECTA CON LA CELEBRACIÓN


Existe una relación directa entre la participación y la celebración, no solo en la  celebración sacramental, sino también en la no sacramental, como la liturgia de las horas. En las celebraciones están implicados el ministro o los ministros (que celebran o concelebran), los sujetos (bautizados, confirmados, penitentes), y todos los participantes, en formas diversas. Todos de algún modo intervienen por medio de oraciones, respuestas, cantos, gestos, ritos, etc.

lunes, 27 de agosto de 2012

PARTICIPACIÓN: CONOCIMIENTO, ACCIÓN Y EMOTIVIDAD


Todo el contenido de la Sacrosanctum Concilium está dirigido a hacer explicito el concepto de participación activa en la liturgia. La constitución conciliar usa en 16 números el término participación, acompañándola con diversos adjetivos que especifican su significado (11, 14, 17, 19, 21, 27, 30, 31, 41, 48, 50, 55, 79, 114, 121, 124). Los adjetivos que se utiliza más frecuente, con participación, son “activa” (5 veces), Consciente (4 veces), fructuosa, plena, comunitaria, pía, fácil. Todos estos adjetivos involucran las tres dimensiones de la persona humana: acción (voluntad), conocimiento (inteligencia) y emotividad (pía, fructuosa, plena).


sábado, 25 de agosto de 2012

SIGNIFICADO DE PARTICIPACIÓN EN LA SACROSANCTUM CONCILIUM


La Sacrosanctum Concilium en continuidad con la Mediator Dei profundiza y clarifica el concepto de participación. La Iglesia desea ardientemente que la participación plena, consciente y activa en las celebraciones litúrgicas llegue a todos los fieles, ya que está es una exigencia de la naturaleza misma de la liturgia. La liturgia es la fuente primaria y necesaria de donde los fieles beben el espíritu verdaderamente cristiano. La participación activa es un derecho y obligación de todo el pueblo cristiano, en virtud del bautismo, linaje escogido, sacerdocio real, nación santa, pueblo adquirido[1].

jueves, 23 de agosto de 2012

PARTICIPACIÓN ACTIVA - Contenidos de la Sacrosanctum Concilium


La Constitución Sacrosanctum Concilium fue el primer documento aprobado por los padres conciliares. Es fruto de un concilio que advierte la necesidad de la Iglesia de fortalecer su fe, que siente la urgente necesidad de dar una mayor eficacia a su sana vitalidad y de promover la santificación de sus miembros, la difusión de la verdad revelada y la consolidación de sus estructuras[1]. Dentro del amplio horizonte de renovación del Pueblo de Dios tiene especial importancia la vida litúrgica. La Constitución buscará fomentar la vida litúrgica, en una línea de continuidad con la Tradición viva de la Iglesia, a fin de que todos sus hijos puedan participar de ella con mayor provecho espiritual.

martes, 21 de agosto de 2012

EL ORIGEN HISTÓRICO DE LA EXPRESIÓN “actuosa participatio”


El adjetivo “activa” es usado por primer para vez por el Magisterio en el motu proprio Tra le sollecitudini (1903), de Pio X. Para el Papa la liturgia es el lugar privilegiado donde florece y se mantiene el espíritu cristiano. La participación activa a los sagrados misterios y a la oración solemne de la Iglesia es la fuente donde los files beben y se alimentan de este espíritu cristiano[1].Pio X no se limitó a la enunciación del principio, sino que lo llevó a la práctica promoviendo la comunión frecuente, la participación de los niños a la eucaristía y permitió al acceso al rezo de la liturgia de las horas a los laicos, reduciendo el número de los salmos.

domingo, 19 de agosto de 2012

EL CONCEPTO PARTICIPACIÓN


El concepto “participación” es introducido en el vocabulario litúrgico en el siglo pasado, promovido por el Magisterio y por el movimiento litúrgico. Participación deriva del latín (participatio = partem capere: tomar parte), se usa como sinónimo de adhesión y de intervención. Su uso en la liturgia deriva de diversos usos profanos. Es usado en el vocabulario político, económico, social y en el lenguaje cotidiano, indicando no sólo la participación en algo, sino también la invitación a participar. En este último caso la participación significa una adhesión solidaria. Participación significa, en general, el hecho de tener relación con, tener en común con, estar en comunión; que equivaldría a relación, comunicación,  semejanza, conjunción, etc[1].