Una
consideración específica del fenómeno de la proliferación de plegarias
eucarísticas, incluso sin pretensiones de ser completos, sino con la intención
de captar los más significativos indicios de tendencia que en tal fenómeno se van
manifestando, no se justifica en una lógica de simple documentación; al
afrontar el tema, ni siquiera queremos atribuir demasiada importancia a un
capítulo que la valoración más serena no puede calificar ni de central ni de
prioritario. Si juzgamos tal fenómeno merecedor de profundización, es porque en
él se han ido manifestando consideraciones de carácter fundamental que tocan de
cerca algunas de las componentes más discutidas a nivel de estudio.
La Igleisa necesita de santos, lo sabemos, y ella necesita también de artistas hábiles y capaces; los unos y los otros, santos y artistas, son testimonio del espíritu que vive en Cristo (Pablo VI Carta a los miembros de la Comisión Diocesana de Arte Sacra. 4 de junio de 1967).
domingo, 29 de abril de 2012
sábado, 28 de abril de 2012
LOS DESARROLLOS POSTERIORES AL CONCILIO DE LA PLEGARIA EUCARÍSTICA

Con la publicación de las tres nuevas
anáforas no se agota el camino de la reforma posconciliar a este respecto: a
nivel de debate y de textos hay que registrar ulteriores pasos.
La autorizada carta circular Eucharistiae
participationem, de 1973, tiene ciertamente una intención de carácter
disciplinar: después del atento estudio del fenómeno de la proliferación de las
plegarias eucarísticas, la sede Apostólica considera oportuno reservarse el
derecho de decidir en lo que se refiere a un capítulo tan importante de la
praxis litúrgica. En realidad, el documento añade a esta precisión, expresada
de un modo muy neto, la invitación a valorar los espacios ya consentidos para
un trabajo creativo, y manifiesta la propia disponibilidad a tomar en
consideración ocasionales peticiones formuladas por las conferencias
episcopales "para la eventual composición e introducción en el uso
litúrgico, en circunstancias particulares, de una nueva oración
eucarística..." (n. 6). No parecería, por tanto, ausente del texto la
preocupación de crear las condiciones para un ulterior paso de reforma,
prevista ya como probable.
viernes, 27 de abril de 2012
LOS TRES NUEVOS TEXTOS DE LA PLEGARIA EUCARÍSTICA DE LA REFORMA DEL VATICANO II
Debiéndonos limitar a aspectos de carácter
sintético, preferimos caracterizar bajo la perspectiva temática la aportación
realizada por los tres nuevos textos, que entraron en el uso litúrgico a partir
de 1968 ".
El primero de ellos (plegaria II) asume
como su fuente directa la anáfora de la Traditio apostólica de
Hipólito". El texto antiguo ha sido modificado y repensado de tal modo que
ahora la plegaria aparece como una creación nueva. Entre las integraciones, la
más notable es la de la epíclesis de consagración ("... santifica estos
dones con la efusión de tu Espíritu"). Es inmediatamente evidente la
connotación cristológica de la plegaria: la celebración eucarística no es
memoria de uno de tantos acontecimientos de la historia de la salvación ni de
uno de los múltiples misterios de Cristo, sino de la pascua, que es el centro
recapitulador de tal historia/acontecimiento. Encontramos en la plegaria un
doble nivel de referencia a Cristo: el primero va en el sentido de que la
entera historia salutis se compendia en él; el segundo ve en el
acontecimiento pascual de Cristo la síntesis de toda su vida (prefacio). Bajo
esta perspectiva, resulta bien evidenciadala relación entre la pascua y el
memorial, que el Maestro ha querido que fuera repetido en su memoria (consagración).
El evento definitivo de la pascua constituye a la iglesia, pueblo que
vive en el tiempo de la nueva alianza: la eucaristía, en cuanto actualiza la
eficacia salvífica del sacrificio con el que Cristo ha vuelto a adquirir para
el Padre el "pueblo santo", edifica también hoy en el Espíritu a la
iglesia (después de la consagración).
jueves, 26 de abril de 2012
LA REFORMA DEL VATICANO II Y LA PLEGARIA EUCARÍSTICA - LOS CRITERIOS DE TRABAJO
Si a lo largo de los trabajos del concilio
no se registran hechos particularmente relevantes a propósito de la plegaria
eucarística (la orientación prevalente ha sido la de no considerar el canon
entre "las partes de la misa" para las que se pueda prever el uso de
la lengua vernácula: cf SC 54), los años inmediatamente siguientes ven
abrirse un debate muy vivo y el comienzo de una serie de opciones de reforma de
notable amplitud.
Precisamente para poder captar todas las
dimensiones del problema, nos mantenemos atentos al sucederse de las diversas
etapas con las que la intervención de los organismos oficiales encargados de la
reforma se ha ido poco a poco manifestando.
miércoles, 25 de abril de 2012
LA PLEGARIA EUCARÍSTICA Y LAS DIVERSAS TRADICIONES LITÚRGICAS
Los textos de plegarias eucarísticas
atestiguados por las diversas tradiciones litúrgicas de Oriente y Occidente
constituyen un campo de investigación tan vasto, que nos vemos obligados a
limitar los acentos a algunas líneas esenciales.
Por lo que se refiere a Oriente, el análisis
de los textos sugiere a los estudiosos el agrupar los textos en torno a algunos ámbitos que resultan capaces
de tipificar la riquísima producción al respecto: el tipo alejandrino, el
antioqueno, el siriooriental; para Occidente se imponen las referencias a las
cuatro grandes tradiciones: romana, ambrosiana, galicana e hispánica. Hay que
notar que esta clasificación de carácter general no surge sólo de las
consideraciones que ponen de relieve, dentro de las tradiciones de Oriente y de
Occidente, una diversidad de estructura en el modo de componer entre sí los
elementos de la anáfora; resultan todavía más decisivos los aspectos relevantes
que connotan la especificidad de la inspiración temática propia de cada una de
las tradiciones arriba indicadas. Bajo esta perspectiva debe decirse que la
pluralidad de plegarias eucarísticas presentes en la tradición litúrgica revela
las peculiaridades teológicas y espirituales de las "familias
litúrgicas" a través de las cuales ella se ha ido expresando. Aunque no
podemos aquí pretender ser completos, puede ser útil aludir a la riqueza y
variedad de conclusiones a que conduciría un análisis comparado de plegarias
eucarísticas de la misma época, pero provenientes de tradiciones litúrgicas
diversas.
martes, 24 de abril de 2012
RELACIONES DE LA PLEGARIA EUCARÍSTICA CON LA TRADICIÓN JUDÍA
Es común entre los estudiosos la
convicción de que, en el origen de una comprensión totalmente renovada del tema
de la plegaria eucarística, está la tesis que identifica en la tradición judía
el contexto en el que situar la búsqueda de la génesis de la anáfora cristiana. Si en un primer momento la
indagación tiende a precisar esta relación prevalentemente en términos de
dependencia literaria de la plegaria eucarística respecto de la Oración de
bendición que caracteriza de un modo totalmente singular la entera
tradición hebrea', las aportaciones sucesivas nos dirigen a un lugar muy
diverso: el acento se pone sobre todo en la continuidad de inspiración y de
temas de las dos tradiciones, continuidad que se hace posible en particular por
la constante referencia de ambas a la palabra4; además, el remitir a la
liturgia judía no se queda en algo genérico, sino que se precisa hasta el punto
de individuar más en concreto cuales de las plegarias hebreas se configuran como
probable fuente de la plegaria eucarística.
lunes, 23 de abril de 2012
PLEGARIA EUCARÍSTICA

Quien sigue la literatura litúrgica de
estos años nota que al tema de la plegaria eucarística se le dedica un espacio
mucho mayor que a otros capítulos de la liturgia. Las razones de este hecho no
parece que se deban buscar sólo en la importancia del tema (es incontestable la
centralidad de la eucaristía, y no hay por qué maravillarse de que, dentro de
ella, adquiera un amplio espacio el estudio de la plegaria eucarística).
Nuestro tema ha conocido una gran variedad de investigaciones, porque se ha
revelado como un punto de alguna forma nuclear en el estudio teológico y en la
problemática pastoral en campo litúrgico. En particular: para un historiador,
el análisis del género literario de los textos más antiguos de plegarias
eucarísticas y de sus contenidos obliga a valorar desde cerca la importancia de
las relaciones de la liturgia cristiana con el judaismo y la peculiaridad de
las diversas tradiciones litúrgicas de Oriente y Occidente. Un teólogo, por su parte,
encuentra ahí mismo referencias de primera importancia en orden a la
reconstrucción del significado que la iglesia ha atribuido y atribuye a la
celebración eucarística, momento central y normativo de su camino a lo largo de
la historia.
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