Como ya se ha dicho, la
homilía, por su importancia y naturaleza, dentro de la Misa está reservada al
sacerdote o al diácono. Por lo que se refiere a otras formas de predicación, si
concurren especiales necesidades que lo requieran, o cuando en casos particulares
la utilidad lo aconseje, pueden ser admitidos fieles laicos para predicar en
una iglesia u oratorio, fuera de la Misa, según las normas del derecho. Lo cual
puede hacerse solamente por la escasez de ministros sagrados en algunos
lugares, para suplirlos, sin que se pueda convertir, en ningún caso, la
excepción en algo habitual, ni se debe entender como una auténtica promoción
del laicado. Además, recuerden todos que la facultad para permitir esto, en un
caso determinado, se reserva a los Ordinarios del lugar, pero no concierne a
otros, incluso presbíteros o diáconos.
REDEMPTIONIS
SACRAMENTUM
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