Es la oración que se dice antes del descanso nocturno,
aunque éste comience después de medianoche. Toda ella respira confianza en
Dios. Tiene también un sentido penitencial. En efecto, al comienzo se pide
perdón por todas las faltas de la jornada. Como Simeón al final de su jornada terrena
expresó la alegría y la gratitud a Dios por haber encontrado a Cristo, luz de
salvación, así la iglesia es feliz por alabar a Dios a causa de los encuentros
con Cristo y su experiencia de redención tenidos a lo largo del curso del día.
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