El Papa Benedicto XVI dio su aprobación a las celebraciones del Directorio Catequético del Camino Neocatecumenal, que por su naturaleza, no están reguladas por los libros litúrgicos de la Iglesia.
En el discurso que dirigió a más de 7 mil miembros del Camino Neocatecumenal, presentes en el Aula Pablo VI con sus cofundadores Kiko Arguello y Carmen Hernández, junto al sacerdote Mario Pezzi, el Santo Padre se refirió a la aprobación dada a conocer hoy en un decreto del Pontificio Consejo para los Laicos.
El decreto señala que se "concede la aprobación a aquellas celebraciones contenidas en el Directorio Catequético del Camino Neocatecumenal que no resultan por su naturaleza ya reguladas por los Libros litúrgicos de la Iglesia".
Antes de hablar sobre el decreto y sobre la importancia de la liturgia en la Iglesia, el Papa expresó su alegría por estos efusivos encuentros para compartir el envío misionero de familias y sacerdotes a distintos lugares del mundo, y animó a todos a proclamar siempre con coraje a Cristo resucitado.
Benedicto XVI dijo luego que "os han leído el decreto con que se aprueban las celebraciones presentes en el ‘Directorio Catequético del Camino Neocatecumenal’, que no son estrictamente litúrgicas, pero forman parte del itinerario de crecimiento en la fe".
El decreto, explicó, "es otro elemento que os demuestra cómo os acompaña la Iglesia, con atención y paciente discernimiento, que comprende vuestra riqueza, pero se preocupa también por la comunión y la armonía de todo el ‘Corpus Ecclesiae’".
A continuación el Papa hizo una reflexión sobre la importancia de la liturgia para los católicos, que sirve para la salvación de los hombres y a la que el Concilio Vaticano II define como "obra de Cristo sacerdote y de su cuerpo que es la Iglesia".
La liturgia y los sacramentos, afirmó el Papa, permiten que el Señor "sumerja" a los fieles en el Misterio pascual, lo que "vale de modo especialísimo para la celebración de la Eucaristía que, siendo el culmen de la vida cristiana, es también la bisagra de su redescubrimiento, a la cual tiende el Neocatecumenado".
"Como señalan sus estatutos: ‘la Eucaristía es esencial para el Neocatecumenado, en cuanto catecumenado post bautismal, vivido en pequeña comunidad’".
"Para favorecer el reacercamiento a la riqueza de la vida sacramental de parte de personas que están alejadas de la Iglesia o que no han recibido una formación adecuada, los neocatecumenales pueden celebrar la Eucaristía dominical en la pequeña comunidad, luego de las primeras vísperas del domingo, según las disposiciones del Obispo diocesano", como señalan los estatutos de los neocatecumanales en su artículo 13.
El Papa precisó luego que "toda celebración eucarística es una acción del único Cristo junto a su única Iglesia y por eso esencialmente abierta a todos los que pertenecen a esta su Iglesia".
"Este carácter público de la Santa Eucaristía se expresa en el hecho de que toda celebración de la Santa Misa está ultimadamente dirigida por el Obispo como miembro del Colegio Episcopal, responsable por una determinada Iglesia local", agregó.
El Papa Benedicto XVI dijo además que "la celebración en las pequeñas comunidades, regulada por los Libros litúrgicos, que hay que seguir fielmente, y con las particularidades aprobadas en los Estatutos del Camino, tiene la función de ayudar a cuantos recorren el itinerario neocatecumenal a percibir la gracia de estar incorporados al misterio salvífico de Cristo, que hace posible un testimonio cristiano capaz de asumir también las exigencias de la radicalidad".
"Al mismo tiempo, la progresiva maduración de la fe de cada persona y de la pequeña comunidad debe favorecer su incorporación en la vida de la gran comunidad eclesial, que encuentra su forma ordinaria en la celebración litúrgica de la parroquia, en la cual y por la cual actúa el Neocatecumenado, su forma ordinaria".
El Santo Padre aseguró asimismo que "durante el camino es importante no separarse de la comunidad parroquial, precisamente en la celebración de la Eucaristía, que es el verdadero lugar de la unidad de todos, donde el Señor nos abraza en los diversos estados de nuestra madurez espiritual y nos une en el único pan que nos hace un único cuerpo".
Finalmente recordó a todos que "el Señor no deja de acompañarlos y también yo les aseguro mi oración y les agradezco por tantos signos de cercanía. Les pido recodarme también en sus oraciones. Que la Santa Virgen María les asista con su mirada materna y os sostenga mi bendición apostólica, que extiendo a todos los miembros del Camino. ¡Gracias!"
Los lugares a los que fueron enviadas las 18 misiones de los neocatecumanenales son: Albi, Niza, Bayona, Toulone, Estrasburgo, Lyon, Bélgica, Marsella, Liubliana, Eslovenia, Sarajevo, Bosnia, Tallin, Estonia, Viena, Manchester, Boston, Venezuela, Libreville (Gabón), Australia, Papúa Nueva Guinea y Ucrania.
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