La Oficina de las Celebraciones
Litúrgicas del Sumo Pontífice dio a conocer algunas
modificaciones aprobadas por el Papa Benedicto XVI para los consistorios, es decir, para la creación de los
nuevos cardenales a partir del siguiente el día 18 de
febrero.
Sustancialmente, señala el Vatican
Information Service, se unifican los tres momentos de la imposición de la
birreta (el gorro cuadrangular de color púrpura de los cardenales), la entrega del anillo
cardenalicio y la asignación del título o de la diaconía.
Asimismo, cambian las oraciones
colecta y conclusiva; y la proclamación de la palabra de Dios asume una forma
más breve.
Como se recordará, Benedicto XVI anunció el pasado día 6 la
celebración de un consistorio, el próximo 18 de febrero, en el
que creará 22 nuevos miembros del Colegio Cardenalicio. Será el cuarto consistorio de su
pontificado.
La Oficina de las Celebraciones
Litúrgicas recuerda que la reforma litúrgica iniciada por el Concilio Vaticano II se refirió también a los ritos
consistoriales de imposición de la birreta y asignación del título a los nuevos
cardenales; y que el texto renovado de la celebración fue usado por primera vez
en abril de 1969 por el Papa Pablo VI.
El nuevo ritual fue redactado según
el criterio de insertar en un ámbito litúrgico algo que de por sí no formaba
parte de dicho ámbito en sentido propio: la creación de nuevos cardenales debía
colocarse en un contexto de oración, evitando al mismo tiempo cualquier
elemento que pudiera dar la idea de un "sacramento del cardenalato".
De hecho, explica la nota, el consistorio
históricamente no había sido nunca considerado un rito litúrgico, sino una
reunión del Papa con los cardenales en relación con el gobierno de la Iglesia.
Otros de los cambios están en el hecho
de retomar del rito de 1969 la oración colecta y la oración conclusiva,
"ya que son muy ricas en contenido y provienen de la gran tradición
romana".
Efectivamente, las dos oraciones
hablan explícitamente de los poderes confiados por el Señor a la Iglesia, en
particular el de Pedro: el Pontífice ora de modo directo también por sí mismo,
para desarrollar bien su ministerio.
También la proclamación de la
Palabra de Dios asume de nuevo una forma más breve, propia del rito de 1969,
con la sola lectura del Evangelio (Marco 10, 32-45). Finalmente, se integra la
entrega del anillo cardenalicio en el mismo rito, mientras que antes de la
reforma de 1969 la birreta roja se imponía en el consistorio público, seguido
del consistorio secreto, en el que se entregaba el anillo y se asignaba la
iglesia titular o la diaconía.
Hoy en día, la distinción entre
consistorio público y privado de hecho ya no se observa, por lo que parece más
coherente incluir en el mismo rito los tres momentos significativos de la
creación de nuevos cardenales.
Se conserva en cambio la
concelebración del Papa con los nuevos cardenales en la Misa del día siguiente, que inicia con
las palabras de homenaje y gratitud que el primero de los purpurados dirige al
Pontífice en nombre de todos los demás.
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