Todo lenguaje posee un personal código comunicativo. El lenguaje verbal por ejemplo, utiliza el código verbal y usa la palabra y los escritos. Toda obra es portadora de un específico mensaje que deriva del ambiente cultural al interno del cual se desarrolla y de su función. Saber leer una obra de arte significa decodificar los mensajes a través del uso del lenguaje visivo. El código visivo transmite su mensaje por medio de imágenes. Estás imágenes están constituidas de signos. Estos signos, que están a la base de tal lenguaje son puntos, líneas, colores, formas, luces, sombras, etc. Para poder comunicar utilizando el lenguaje visivo estos signos debe estar organizado al interno de una estructura que pone en relación significados y significantes según reglas precisas. El conjunto de estas relaciones establecidas según reglas se llaman códigos visivos y su conocimiento es indispensable para comprender los mensajes que las imágenes comunican.
Porque cada lenguaje visivo, tiene sus propias reglas, para entender el significado de las imágenes debemos hacer propios los códigos comunicativos, sin olvidar que el lenguaje visivo cambia en relación a las épocas históricas. Naturalmente, los colores, los puntos, las líneas, etc., al interno de una imagen compleja son numerosos y están mezclados, nos toca a nosotros distinguir en el momento mismo de la percepción de la imagen las reglas según las cuales están organizados, y la configuración espacial y las principales reglas compositivas de la imagen. La configuración espacial en el ámbito de una lectura de la obra visiva se distingue en lectura de: figura y fondo; cercanía; igualdad; forma cerrada/forma abierta; experiencia. Las principales reglas relativas a la composición de la imagen son el equilibrio, el peso, la perspectiva, el ritmo, movimiento, dirección, simetría.
El punto es la unidad mínima de base, del lenguaje visivo, cualquier imagen, aún la más compleja es una combinación de puntos. La línea es la huella que deja un punto en movimiento. Pueden ser horizontales, verticales, curva, punteada, oblicua, y cada una transmite una diversa sensación al observador: las líneas verticales dan una sensación de impulso, las horizontales de quietud, las diagonales expresan movimiento, inestabilidad, como también dan sentido de movimiento las líneas punteadas o en zigzag. También la línea ondulada en relación a su disposición y espesor confiere a la imagen el movimiento o tensión, el dinamismo o la quiete.
Los colores se distinguen en primarios, secundarios, cálidos y fríos, pueden ser saturados o aparecer menos puros. Los colores, en relación a las diferentes culturas tienen significados simbólicos diversos.
La luz puede ser difusa o radiante, o producir fuertes contrastes. El significado de las imágenes cambia en relación a la utilización que se hace de la luz. A través de la distribución de la luz en las imágenes se realiza la dilatación o la contracción del espacio. La luz tiene la capacidad de concentrar la atención del observador en determinadas zonas de la imagen.
Las funciones de un lenguaje visivo pueden ser expresiva, exhortativa, estética, informativa.
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