Para el fiel, la realización perfecta del ideal
humano-divino tiene su concreción absoluta en Cristo. La santidad cristiana
consiste en conocerlo y en asimilarlo. También la LH, por su parte, hace
revivir ante los ojos de los orantes la figura de Cristo a través de las
páginas del NT, las otras lecturas y, aunque menos directamente, a través de
las páginas del AT, los salmos y todos los demás textos. Además, Cristo está siempre
presente en la LH (OGLH 13) para reproducirse a sí mismo con la acción
del Espíritu Santo en la persona de los orantes y en la iglesia, efectúa la
obra de la redención humana y de la perfecta glorificación de Dios (OGLH 13)
y confiere la abundancia de los bienes mesiánicos (OGLH 14).
La Igleisa necesita de santos, lo sabemos, y ella necesita también de artistas hábiles y capaces; los unos y los otros, santos y artistas, son testimonio del espíritu que vive en Cristo (Pablo VI Carta a los miembros de la Comisión Diocesana de Arte Sacra. 4 de junio de 1967).
domingo, 12 de febrero de 2012
sábado, 11 de febrero de 2012
PRONUNCIAMIENTOS DEL MAGISTERIO ECLESIÁSTICO – LA LITURGIA DE LAS HORAS, FACTOR DE SANTIFICACIÓN
El valor de la LH se mide en último término por
su aportación en orden a la elevación espiritual de los hombres, es decir, a su
santificación. Pues bien, esta contribución es muy alta.
El Vat. II afirma explícitamente que la liturgia es la
fuente primera e indispensable del espíritu cristiano, y que posee la máxima
eficacia para la santificación de los hombres y la glorificación de Dios (SC
7; 10; 14). Expresiones semejantes se leen en los documentos del más alto
magisterio relativas a la LH: "La santificación humana y el culto a
Dios se dan en la liturgia de las Horas de forma tal que se establece aquella
especie de correspondencia o diálogo entre Dios y los hombres, en que Dios
habla a su pueblo... y el pueblo responde a Dios con el canto y la oración. Los
que participan en la liturgia de las Horas pueden hallar una fuente abundantísima
de santificación en la palabra de Dios, que tiene aquí principal importancia"
(OGLH 14).
EL LIRIO COMO SÍMBOLO CRISTIANO
Origen del nombre e historia
El nombre del lirio tiene un origen preclásico; de hecho, deriva del nombre
griego leirion y del romano, lilium.
Sentimientos
& simbolismo
En el simbolismo cristiano, el lirio representa la pureza, la castidad
y la inocencia. Los bouquets de lirios
blancos son muy populares en los hogares cristianos durante la Pascua, ya que
simbolizan la resurrección de Cristo.
Dice una leyenda que el lirio brotó de las lágrimas de Eva
cuando ésta, luego de ser expulsada del Edén, descubrió que estaba embarazada.
Otro relato folclórico dice que los lirios
nacen por sí solos, sin que los plante ninguna mano humana, en la tumba de las
personas ejecutadas por delitos que no cometieron. Algunos creen que plantar lirios en un jardín lo protege de
fantasmas y malos espíritus.
viernes, 10 de febrero de 2012
SANTIFICACIÓN CÓSMICA
La LH, en cuanto oración esencialmente horaria,
consagra todo el tiempo (SC 84; 88; OGLH 10). Pero ¿qué son el
tiempo y las horas sino las realidades cósmicas en su duración, en el sucederse
imperceptible de los instantes fugitivos de su existencia y de su curso, a los
que el hombre, con criterios diversos, trata de imponer una medida? El tiempo
no tiene una sustancia: según Aristóteles y santo Tomás, es la medida de ese
devenir cósmico según un antes y un después que afecta a toda criatura, y al
que sólo el eterno se sustrae. Por eso la LH santifica el mundo en su
despliegue.
EL ÁRBOL DE JESÉ

Este motivo se encuentra ya a
fines del siglo XI en una miniatura del Evangeliario de Vysehrad, en Praga, y
vuelve a hallarse en numerosos manuscritos litúrgicos alemanes. Del campo de
las miniaturas pasa a la escultura monumental, a las vidrieras y a la pintura.
Es posible que el tema naciera en Oriente.
Jesé está siempre representado
con los rasgos de un anciano de barba blanca. Casi siempre está acostado, en
actitud de meditación o durmiendo, pero también existen ejemplos en los que
está sentado o en pie. En esta variedad hay que tener en cuenta la forma del
soporte, que en algunos casos es marcadamente vertical.
El árbol sale de su corazón,
de su cintura, de su cabeza o de su boca. Este árbol puede tomar forma de
rosal, vid, lirio, aunque lo más frecuente es que se trate de un árbol frutal.

Al principio, quien siempre
ocupaba la cima del árbol era Cristo en Majestad, aureolado con siete palomas
místicas representativas de los dones del Espíritu Santo. A partir del siglo
XIII, con el auge del culto a la Virgen, María sustituye a su Hijo en la cima
del árbol y Jesús se convierte en un niño en los brazos de la Virgen. Esta
exaltación de la Virgen está estrechamente relacionada con la doctrina de la
Inmaculada Concepción. El árbol de Jesé se convierte en uno de los símbolos
predilectos de la Inmaculada Concepción.

Fuente: Iconografía del arte
cristiano, de Louis Réau.
LA COMUNIÓN

Para responder a esta invitación,
debemos prepararnos para este momento tan grande y santo. San Pablo
exhorta a un examen de conciencia: "Quien coma el pan o beba el cáliz del
Señor indignamente, será reo del Cuerpo y de la Sangre del Señor. Examínese,
pues, cada cual, y coma entonces del pan y beba del cáliz. Pues quien come y
bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propio castigo" ( 1 Co
11,27-29). Quien tiene conciencia de estar en pecado grave debe recibir el
sacramento de la Reconciliación antes de acercarse a comulgar.
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