martes, 21 de diciembre de 2010

RELACIÓN ENTRE LA DEI VERBUM Y LA SACROSANTUM CONCILIUM

Renato De Zan, profesor del Pontificio Instituto Litúrgico del Ateneo San Anselmo, explora en un artículo de la revista Parola Spiritu e Vita, número 58, la relación y complementariedad de estos documentos del Concilio Vaticano II: La Dei Verbum, que propone la doctrina sobre la divina Revelación, y la Sacrosactum Concilium, constitución sobre la sacra liturgia.
El autor explica cuales son los motivos que llevaron a tratar de forma individual argumentos tan íntimamente relacionados entre sí: “La liturgia, especialmente la liturgia sacramental, de la cual la celebración eucarística es el vértice, realiza la actualización perfecta de los textos bíblicos” . Cristo está presente en la liturgia en la especie Eucarística, en el ministro que celebra, en la palabra proclamada y en la asamblea que reza. Cristo está “presente en su Palabra, porque es Él quien habla cuando en la iglesia se lee la Sagrada Escritura” (SC 7).
Los dos documentos responden a problemáticas diversas: la Dei Verbum a temas teológicos y de hermenéutica, la Sacrosanctum Concilium busca la promoción de la actuosa partecipatio del pueblo de Dios en la celebración y a recuperar la liturgia de los padres de la iglesia.


La Sagrada Escritura antes del Concilio.
Se debe tener presente que la Sagrada Escritura durante muchos siglos no fue accesible a todo el pueblo de Dios. Por ejemplo la Regulae tridentinae de libris prohibitis, confirmada por la Constitución Domini gregis custodiae (1564), permitía solo la lectura de las traducciones del AT., a juicio del Obispo, a hombres doctos y píos, y la regla cuarta prohibía la lectura de las traducciones del NT. hechas por autores condenados nominalmente.
Pío VI con la Constitución Auctores fidei condena las proposiciones del sínodo de Pistoia (1786) considerando la lectura por parte de todos, como una proposición falsa, temeraria, quietis animarum perturbativa .
Es Benedicto XV con la Encíclica Spiritus paraclitus donde se comienzan a ver algunos indicios de renovación que después estarían presente en el espíritu del Concilio. Él recomienda la lectura de los Evangelios, los Hechos de los Apóstoles y las cartas apostólicas.

El nacimiento de las dos constituciones
Las dos constituciones son el resultado de un proceso que ha seguido caminos diversos. La Sacrosanctum Concilium es fruto del movimiento litúrgico, que inicia con el siglo XX, en ella confluyen los estudios académicos y la labor pastoral. La Dei Verbum, por su parte, nace del empeño y la exégesis católica y de la reflexión teológica a nivel académico.
En la Sacrosanctim Concilium vemos como se subraya la íntima unidad entre Palabra y Eucaristía. “Máxima es la importancia de la sagrada Escritura en la celebración litúrgica [...]. De esa toman significado las acciones y los gestos litúrgicos” (SC 24).

La Dei Verbum y la liturgia
La Dei Verbum hace una invitación a todos a acercarse a la Escritura por medio del estudio, la oración y la liturgia (Cf. DV 25). La liturgia, rica de palabras divinas, es uno de los medios más importantes para alcanzar el conocimiento del Escritura. “En su vida y en su culto la iglesia perpetua y transmite a todos las generaciones todo aquellos que ella es, todo aquello que cree” (DV 8).
En el número 21, se habla de la palabra como alimento, del cual nos nutrimos en la liturgia. La Iglesia ha venerado siempre la divina Escritura, como ha hecho con el cuerpo del Señor, no faltando jamás, máximamente en la Sagrada Liturgia, de nutrirse y de distribuir a los files el pan de la vida y de la Mesa sea de la palabra de Dios que del Cuerpo del Cristo (Cf. DV 21).
La iglesia se nutre en la celebración de la palabra y la eucaristía. Ella las distribuye a los files como pan de la vida.

La Sacrosanctum Concilium y la Bíblia
Son numerosos los números que se refieren a la importancia de la Escritura en la liturgia. Estos hablan de la presencia de Cristo en la liturgia por medio de la Escritura, de la importancia de la Escritura como fuentes teológica-literaria y teológica ritual de la celebración litúrgica y de la necesidad de un mayor contacto de los files con la Escritura. Se trata de conocer la Escritura, celebrando, comprendiendo y rezando. “Cristo es siempre presente en su iglesia, especialmente en la acción litúrgica [...]. Está presente en su Palabra, ya que habla Él cuando en al iglesia se lee la Sagrada Escritura” (SC. 7). “En la celebración litúrgica la Sagrada Escritura tiene una importancia extrema [...]. De ella toman significado las acciones y símbolos litúrgicos” (CS 24).
La Escritura no es solo el alimento fundamental de la celebración, sino también, un parte manifiesta de la ciencia litúrgica misma.

Estos documentos son solo un punto de inicio en la reflexión sobre la unidad intrínseca entre el Advenimiento Salvífico-Palabra-Celebración, que deberán ser profundizados y madurados con el paso del tiempo.

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