martes, 10 de enero de 2012

REFORMA PARA EL CONSISTORIO 2012

La Oficina de las Celebraciones Litúrgicas del Sumo Pontífice dio a conocer algunas modificaciones aprobadas por el Papa Benedicto XVI para los consistorios, es decir, para la creación de los nuevos cardenales a partir del siguiente el día 18 de febrero.

Sustancialmente, señala el Vatican Information Service, se unifican los tres momentos de la imposición de la birreta (el gorro cuadrangular de color púrpura de los cardenales), la entrega del anillo cardenalicio y la asignación del título o de la diaconía.



Asimismo, cambian las oraciones colecta y conclusiva; y la proclamación de la palabra de Dios asume una forma más breve.

Como se recordará, Benedicto XVI anunció el pasado día 6 la celebración de un consistorio, el próximo 18 de febrero, en el que creará 22 nuevos miembros del Colegio Cardenalicio. Será el cuarto consistorio de su pontificado.

La Oficina de las Celebraciones Litúrgicas recuerda que la reforma litúrgica iniciada por el Concilio Vaticano II se refirió también a los ritos consistoriales de imposición de la birreta y asignación del título a los nuevos cardenales; y que el texto renovado de la celebración fue usado por primera vez en abril de 1969 por el Papa Pablo VI.

El nuevo ritual fue redactado según el criterio de insertar en un ámbito litúrgico algo que de por sí no formaba parte de dicho ámbito en sentido propio: la creación de nuevos cardenales debía colocarse en un contexto de oración, evitando al mismo tiempo cualquier elemento que pudiera dar la idea de un "sacramento del cardenalato".

De hecho, explica la nota, el consistorio históricamente no había sido nunca considerado un rito litúrgico, sino una reunión del Papa con los cardenales en relación con el gobierno de la Iglesia.

Otros de los cambios están en el hecho de retomar del rito de 1969 la oración colecta y la oración conclusiva, "ya que son muy ricas en contenido y provienen de la gran tradición romana".

Efectivamente, las dos oraciones hablan explícitamente de los poderes confiados por el Señor a la Iglesia, en particular el de Pedro: el Pontífice ora de modo directo también por sí mismo, para desarrollar bien su ministerio.

También la proclamación de la Palabra de Dios asume de nuevo una forma más breve, propia del rito de 1969, con la sola lectura del Evangelio (Marco 10, 32-45). Finalmente, se integra la entrega del anillo cardenalicio en el mismo rito, mientras que antes de la reforma de 1969 la birreta roja se imponía en el consistorio público, seguido del consistorio secreto, en el que se entregaba el anillo y se asignaba la iglesia titular o la diaconía.

Hoy en día, la distinción entre consistorio público y privado de hecho ya no se observa, por lo que parece más coherente incluir en el mismo rito los tres momentos significativos de la creación de nuevos cardenales.

Se conserva en cambio la concelebración del Papa con los nuevos cardenales en la Misa del día siguiente, que inicia con las palabras de homenaje y gratitud que el primero de los purpurados dirige al Pontífice en nombre de todos los demás.

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