Tomás H. Jerez

lunes, 21 de noviembre de 2011

CEREMONIAS DE LA MISA REZADA


SEGUN EL RITO ROMANO en su FORMA EXTRAORDINARIA
POR UN SACERDOTE DE LA FRATERNIDAD SACERDOTAL SAN PEDRO (FSSP)

CUM PERMISSU SUPERIORUM

Datum ex aedibus Fraternitatis Sacerdotalis Sancti Petri

Friburgi Helvetiae, die 19 mensis Septembris, A.D. 2007
Dr. Patrick du FAY de CHOISINET
Vicarius generalis


INTRODUCCIÓN
Omnia autem honeste et secundum ordinem fiant
( I Cor. 14, 40 )
La celebración de la santa Misa según el rito romano en su forma extraordinaria no es algo que pueda improvisarse. Si se ha alabado con frecuencia el enriquecimiento aportado al misal romano por la reforma de Paulo VI en lo que concierne al número de lecturas y oraciones, también es cierto que el misal romano anterior a dicha reforma es mucho más rico en lo que concierne a los gestos rituales, determinados en lo esencial tanto por el ritus servandus in celebratione Missae como por el Ordo Missae contenidos en dicho misal.
Para aquellos sacerdotes que deseen beneficiar de la posibilidad de celebrar según dicha forma del rito romano, de acuerdo con lo establecido por S.S. el Papa Benedicto XVI en el motu proprio Summorum Pontificum, se impone pues un aprendizaje y un “entrenamiento” si quieren celebrar con el mayor fruto posible.




Las páginas que siguen se dirigen por tanto, de manera principal, a los sacerdotes de lengua española que desean disponer de una “guía” para prepararse convenientemente a la celebración litúrgica. Espero, sin embargo, que ellas sean útiles también a los fieles laicos interesados en la práctica litúrgica así como a aquellos que, en los seminarios, se preparan para llegar al sacerdocio.


La finalidad que he perseguido redactando este texto ha sido la de ofrecer un compendio de reglas eminentemente prácticas. Es evidente que cada uno de los ritos y cada una de las oraciones que vamos a enumerar en las páginas que siguen, tienen una interesantísima historia, la mayor parte de las veces más que milenaria, y una profunda significación mística y espiritual. Sin embargo es obvio que el carácter y la extensión de este trabajo me impiden adentrarme por esos horizontes casi infinitos.


No se desanime el lector si una primera lectura le deja la impresión de quedar abrumado por tantas reglas y tantos detalles. La mejor manera de sacar fruto de este texto es la de irlo leyendo por partes, tratando cada vez de comprender y retener todos los detalles para, inmediatamente después, ponerlos en práctica. No dude pues el sacerdote en « ensayar » las diferentes partes de la misa. A fuerza de repetir los mismos movimientos, un hábito termina por crearse, un cierto “automatismo” que hará que los movimientos y los gestos que al principio parecían complicados y arduos de aprender terminen siendo como naturales. En efecto, la naturalidad en la celebración es la finalidad de todo el aprendizaje. “Hay que conocer perfectamente las rúbricas para poder desembarazarse de ellas”. Así expresaba un sacerdote, de forma “castiza”, la misma idea.


La naturalidad en la celebración se opone a la improvisación. El sacerdote que llega ante el altar sin preparación práctica corre el riesgo de sentirse tremendamente embarazado. Cosas que a primera vista parecen evidentes no lo son tanto cuando se ven más de cerca. ¿Cómo pongo las manos? ¿Donde pongo el cáliz? ¿Qué hago con el corporal? etc. Un previo entrenamiento teórico y práctico (sobre todo si puede hacerse bajo la dirección de alguien experimentado) aportará al sacerdote la pericia necesaria para ejecutar las ceremonias del culto sin embarazo ni improvisación. Tengamos en cuenta que las reglas litúrgicas son en su gran mayoría el fruto de la experiencia centenaria e incluso milenaria de las generaciones que nos precedieron. ¿Por qué no aprovechar un tal tesoro de experiencia, que la Iglesia ha atesorado durante siglos y que ahora nos ofrece?


Escritas con algo de prisa, en la intención de difundirlas con ocasión de la entrada en vigor del motu proprio Summorum Pontificum, es bien probable que encierren estas páginas errores u omisiones, por los cuales me disculpo de antemano y pido al amable lector de ponerme al corriente de ellos, si buenamente puede.


El autor.

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NOTA


Lo esencial de este trabajo proviene del Ritus servandus y del Ordo Missae del Missale Romanum edición de 1962 así como de múltiples decretos de la S.C. de ritos. Sin embargo cantidad de precisiones y de detalles han sido extraídos de las obras de eminentes rubricistas como Baldeschi, Merati, de Herdt, Mach-Ferreres, Haegy y otros. No he citado las fuentes en cada ocasión para no volver la lectura demasiado trabajosa y porque además este trabajo no tiene ninguna pretensión “científica”.




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CEREMONIAS DE LA MISA REZADA


SEGUN EL RITO ROMANO en su FORMA EXTRAORDINARIA



ÍNDICE

































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1 comentario:

  1. aca se renueva la Iglesia, volver al rito antiguo no es despreciar el nuevo sino sumergirse en la más genuina tradición de la Iglesia... dale Cristo que viene una generación joven de sacerdotes enamorados de esta liturgia...

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