sábado, 24 de marzo de 2012

CUARESMA - LA MISA CRISMAL

El origen de la bendición de los santos óleos y del sagrado crisma es de ambiente romano, aunque el rito tenga huella galicana. Parece que hasta el final del s. VII, la bendición de los óleos se hacía durante la cuaresma, y no el jueves santo. El haberla fijado en este día no se debe al hecho de que el jueves santo sea el día de la institución de la eucaristía, sino sobre todo a una razón práctica: poder disponer de los santos óleos, sobre todo del óleo de los catecúmenos y del santo crisma, para la celebración de los sacramentos de la iniciación cristiana durante la vigilia pascual. Sin embargo, no se debe olvidar que este motivo de utilidad no resta nada a la teología de los sacramentos, que los ve a todos unidos a la eucaristía.

viernes, 23 de marzo de 2012

OBJETOS LITURGICOS - POWERPOINT

LA EUCARISTÍA EN LA ANALOGÍA DE LOS MISTERIOS

Un principio metodológico útil de la teología es el de la «analogia mysteriorum» o el de la «connexio mysteriorum», es decir, el estudio de la relación entre los misterios y, en consecuencia, el vínculo entre la teología eucarística y los otros tratados teológicos. He aquí, pues, una breve síntesis que ayude a comprender, ya desde el comienzo, el sentido de unidad de la teología en torno a la Eucaristía.
Con la teología trinitaria. Son muchas las relaciones de la Eucaristía con la Trinidad. Es el don del Padre, la presencia del Verbo encarnado, muerto y resucitado, la efusión del Espíritu Santo. En la celebración litúrgica, la plegaria eucarística expresa, con toda su riqueza, el dinamismo trinitario descendente y ascendente de la historia de la salvación que culmina y se hace presente en la Eucaristía. Es un misterio que lleva en sí una característica impronta trinitaria y la inscribe en el misterio de la Iglesia y del cristiano, el cual accede a la plenitud de la vida trinitaria por la Eucaristía, hecho partícipe de la divina naturaleza (UR 15).

jueves, 22 de marzo de 2012

COMUNIÓN BAJO LAS DOS ESPECIES

Conocemos ya la cuestión histórica de la comunión bajo las dos especies, que desemboca en el concilio de Trento. Como sabemos, este punto fue abandonado en la sesión XIII con el fin de que fuera discutido cuando estuvieran presentes los delegados protestantes. En la sesión XIII se definió que Cristo está entero en cada una de las especies.
Hasta la sesión XXI (año 1562) no se llegó a concretar el tema. La discusión, que ya había comenzado con el tema de la presencia real, se aplazó hasta el último momento. La mayoría de los Padres estaba de acuerdo en que no hay mandato divino que obligue a todos los fieles a comulgar bajo las dos especies, sino sólo al sacerdote. Nadie negaba tampoco a la Iglesia la facultad de introducir la comunión bajo una sola especie; lo que fue discutido es la oportunidad de introducir la práctica de la comunión bajo las dos especies y las condiciones con las que tal facultad habría de darse. La mayoría de los Padres se inclinaba por la inoportunidad de la concesión del cáliz a los laicos 24, pero rehusó tomar una decisión al respecto y se remitió la cuestión al Papa. La doctrina de Trento se limitó a lo siguiente:

miércoles, 21 de marzo de 2012

LAS MISAS EN PRIVADO


Íntimamente relacionado con la misa en cuanto sacrificio de Cristo y de la Iglesia, está el problema de las misas privadas, que algunos han querido rechazar como carentes de sentido.
Ya la encíclica Mediator Dei salió al paso de este problema, declarando en este sentido la legitimidad de la celebración eucarística sin fieles, puesto que el sacrificio eucarístico, «ciertamente por su misma naturaleza y siempre, en todas partes y por necesidad tiene una función pública y social, pues el que lo inmola obra en nombre de Cristo y de los fieles cristianos, cuya cabeza es el divino Redentor, y lo ofrece a Dios por la Iglesia católica y por los vivos y difuntos.

martes, 20 de marzo de 2012

MARÍA, MUJER « EUCARÍSTICA »


Si queremos descubrir en toda su riqueza la relación íntima que une Iglesia y Eucaristía, no podemos olvidar a María, Madre y modelo de la Iglesia. En la Carta apostólica Rosarium Virginis Mariae, presentando a la Santísima Virgen como Maestra en la contemplación del rostro de Cristo, he incluido entre los misterios de la luz también la institución de la Eucaristía.(102) Efectivamente, María puede guiarnos hacia este Santísimo Sacramento porque tiene una relación profunda con él.

A primera vista, el Evangelio no habla de este tema. En el relato de la institución, la tarde del Jueves Santo, no se menciona a María. Se sabe, sin embargo, que estaba junto con los Apóstoles, « concordes en la oración » (cf. Hch 1, 14), en la primera comunidad reunida después de la Ascensión en espera de Pentecostés. Esta presencia suya no pudo faltar ciertamente en las celebraciones eucarísticas de los fieles de la primera generación cristiana, asiduos « en la fracción del pan » (Hch 2, 42).

lunes, 19 de marzo de 2012

DECORO DE LA CELEBRACIÓN EUCARÍSTICA

Quien lee el relato de la institución eucarística en los Evangelios sinópticos queda impresionado por la sencillez y, al mismo tiempo, la « gravedad », con la cual Jesús, la tarde de la Última Cena, instituye el gran Sacramento. Hay un episodio que, en cierto sentido, hace de preludio: la unción de Betania. Una mujer, que Juan identifica con María, hermana de Lázaro, derrama sobre la cabeza de Jesús un frasco de perfume precioso, provocando en los discípulos –en particular en Judas (cf. Mt 26, 8; Mc 14, 4; Jn 12, 4)– una reacción de protesta, como si este gesto fuera un « derroche » intolerable, considerando las exigencias de los pobres. Pero la valoración de Jesús es muy diferente. Sin quitar nada al deber de la caridad hacia los necesitados, a los que se han de dedicar siempre los discípulos –« pobres tendréis siempre con vosotros » (Mt 26, 11; Mc 14, 7; cf. Jn 12, 8)–, Él se fija en el acontecimiento inminente de su muerte y sepultura, y aprecia la unción que se le hace como anticipación del honor que su cuerpo merece también después de la muerte, por estar indisolublemente unido al misterio de su persona.