La devoción a la Eucaristía produjo en el siglo XVIII,
al igual que en el XVII, un número notable de composiciones musicales
específicas. En el Archivo de Música del Real Monasterio del Escorial
encontramos más de setenta composiciones dedicadas al Santísimo Sacramento en
el siglo XVIII. La mayor parte están concebidas en forma de villancico, esto
es, la forma musical y literaria que consiste en un estribillo seguido de
coplas. Otras composiciones se denominan cantadas, motetes, solos,
dúos… En realidad, la diferencia de estas formas es, sobre todo, musical.
La Igleisa necesita de santos, lo sabemos, y ella necesita también de artistas hábiles y capaces; los unos y los otros, santos y artistas, son testimonio del espíritu que vive en Cristo (Pablo VI Carta a los miembros de la Comisión Diocesana de Arte Sacra. 4 de junio de 1967).
Tomás H. Jerez
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lunes, 13 de febrero de 2012
PROLONGACIÓN SACRAMENTAL
La LH, por su característica horaria, prolonga
en el tiempo la potencialidad santificadora que desencadena su desarrollo en la
eucaristía y en las demás acciones sacramentales.
De la eucaristía, la LH extiende, aunque sea de
modo diverso, la presencia de Cristo, la creatividad del misterio pascual, el
compromiso de la alianza que el orante está invitado a renovar especialmente en
varios salmos, la actitud oblativa, el sacrificio de alabanza, la adoración, la
intercesión, etc. (cf PO 5; OGLH 12).
¿DÓNDE CELEBRAR LA EUCARISTÍA?
El culto "en espíritu y en
verdad" (Jn 4,24) de la Nueva Alianza no está ligado a un lugar
exclusivo. Toda la tierra es santa y ha sido confiada a los hijos de los
hombres. Cuando los fieles se reúnen en un mismo lugar, lo fundamental es que
ellos son las "piedras vivas", reunidas para "la edificación de
un edificio espiritual" (1 P 2,4-5). El Cuerpo de Cristo resucitado
es el templo espiritual de donde brota la fuente de agua viva. Incorporados a
Cristo por el Espíritu Santo, "somos el templo de Dios vivo" (2 Co
6,16).
Cuando el ejercicio de la libertad
religiosa no es impedido (cf DH 4), los cristianos construyen edificios
destinados al culto divino. Estas iglesias visibles no son simples lugares de
reunión, sino que significan y manifiestan a la Iglesia que vive en ese lugar,
morada de Dios con los hombres reconciliados y unidos en Cristo.
REQUISITOS PARA SERVIR COMO LECTOR
Los dos
requisitos para lectores mencionados en la Instrucción General son que: “sean de verdad aptos para
cumplir este ministerio” y que “estén realmente preparados”. La Introducción
al Leccionario para la
Misa propone una
descripción más detallada de las calificaciones para lectores no-instituidos.
La asamblea
litúrgica requiere lectores, hasta los que no son instituidos. Por eso, es importante
asegurarnos de que hay personas calificadas que han sido entrenados para participar
en el ministerio. Cuando hay más que una lectura, es mejor tratar de repartir las
lecturas entre más personas. (Introducción al Leccionario para la Misa, 52)
FRUTOS DE LA COMUNIÓN
La comunión acrecienta nuestra unión
con Cristo. Recibir
la Eucaristía en la comunión da como fruto principal la unión íntima con Cristo
Jesús. En efecto, el Señor dice: "Quien come mi Carne y bebe mi Sangre
habita en mí y yo en él" (Jn 6,56). La vida en Cristo encuentra su
fundamento en el banquete eucarístico: "Lo mismo que me ha enviado el
Padre, que vive, y yo vivo por el Padre, también el que me coma vivirá por
mí" (Jn 6,57):
«Cuando en las fiestas [del Señor]
los fieles reciben el Cuerpo del Hijo, proclaman unos a otros la Buena Nueva,
se nos han dado las arras de la vida, como cuando el ángel dijo a María [de
Magdala]: "¡Cristo ha resucitado!" He aquí que ahora también la vida
y la resurrección son comunicadas a quien recibe a Cristo» (Fanqîth,
Breviarium iuxta ritum Ecclesiae Antiochenae Syrorum, v. 1).