Tomás H. Jerez

martes, 28 de diciembre de 2010

LA ROSA

 
La belleza, pero también la complejidad de la rosa, han hecho de ella un símbolo muy rico y en Occidente tan frecuente como el loto en Oriente: aparición esplendorosa de la existencia a partir de las aguas primordiales, microcosmos próximo al significado de la rueda, etc.
 
Ciertas afinidades de la rosa con respecto a la sangre sugirieron nociones de renacimiento, victoria sobre el dolor y la muerte. Ello explica la costumbre de colocar rosas en ofrenda a los manes, así como la guirnalda de rosas que ciñe en algunas imágenes la cabeza de Hécate, la diosa infernal. En la mitología antigua estaba consagrada a Venus.





En la iconografía cristiana, la rosa se considera relacionada con la sangre de Jesús. Desde la Edad Media es también símbolo mariano: la Virgen es llamada "rosa sin espinas". No obstante, aparece tardíamente; en el florario de la Virgen, el lirio, símbolo de la pureza, tiene hasta los siglos XIII y XIV más importancia que la rosa.



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