La cultura cristiana asimiló esta simbología, considerando la palma un emblema de victoria en el sentido del triunfo del martirio sobre la muerte: por dicho motivo los santos llevan en la mano una rama de dicha planta.
La planta se ha considerado, además, imagen de la Virgen María por un pasaje del Cantar de los Cantares que dice: "Esbelto es tu talle como la palmera. Y son tus senos sus racimos". A veces puede aparecer en la mano del arcángel Gabriel en las escenas de la Anunciación, pero también, y sobre todo, en el momento en que el arcángel anuncia a la Virgen la proximidad de su muerte. Además, en las mismas escenas de la muerte o de la sepultura de la Virgen, san Juan puede llevar en la mano una rama de palma, puesto que, según refiere la Leyenda dorada, la misma Virgen había pedido al evangelista que la llevara en la ceremonia de su enterramiento.
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