Tomás H. Jerez

jueves, 8 de noviembre de 2012

LITURGIA: LA BENDICIÓN




La bendición es, en el Antiguo Testamento, una confesión pública de la potencia de Dios y el favor concedido por Dios al hombre. Las cosas, los campos y las propiedades, son bendecidas para que sean un bien para el hombre. La fuente de toda bendición es Dios, aunque el hombre pueda también bendecir. En Cristo “hemos sido bendecidos con toda clase de bendiciones espirituales” (Efesios 1,3) y la Iglesia ha recibido la facultad de bendecir. Por medio de la bendición se consagra a Dios todo aquello que poseemos y hacemos.