Tomás H. Jerez

sábado, 25 de febrero de 2012

LOS ALTARES

El altar, o mesa sobre la que se celebra el Sacrificio eucarístico, se llama fijo si se construye formando una sola pieza con el suelo, de manera que no pueda moverse; y móvil, si puede trasladarse de lugar. Conviene que en todas las iglesias haya un altar fijo; y en los demás lugares destinados a celebraciones sagradas, el altar puede ser fijo o móvil.
Según la práctica tradicional de la Iglesia, la mesa del altar fijo ha de ser de piedra, y además de un solo bloque de piedra natural; sin embargo, a juicio de la Conferencia Episcopal, puede emplearse otra materia digna y sólida; las columnas o la base pueden ser de cualquier material. El altar móvil puede ser de cualquier materia sólida, que esté en consonancia con el uso litúrgico.

FUNCIONALIDAD LITÚRGICA - EN LOS NUEVOS EDIFICIOS


La atención del lector se centrará ahora en la relación que se establece entre espacio arquitectónico y acción litúrgica. Precisemos inmediatamente cómo la primera aportación concreta de la arquitectura puede y debe ser el eliminar el mayor número de obstáculos técnicos y de formas que dificulten un armónico desarrollo de los ritos, desde las celebraciones litúrgicas y paralitúrgicas hasta las formas de piedad privada y comunitaria.