Es costumbre vigente en
la Iglesia que los fieles, impulsados por su sentido religioso y eclesial,
quieran dar su aportación personal para una participación más activa en la
celebración eucarística, contribuyendo así a las necesidades de la Iglesia y,
sobre todo, al sustento de sus ministros (pablo VI, Motu proprio Firma in traditione).
En cuanto a los
estipendios que el sacerdote puede recibir y aplicar, el derecho eclesial
establece cuanto sigue: