La participación es una exigencia de la naturaleza misma
de la liturgia. Ésta consiste en estar presentes activamente en la acción
mistérica de Cristo actuada en la celebración. La liturgia es el medio como se
ejerce la obra de nuestra redención[1].
Cuando los files participan de la celebración están en situación de presencia
en el acontecimiento histórico de la salvación y ejercen en Cristo, por Cristo
y con Cristo siempre presente y siempre vivo, su sumo y único sacerdocio.