PARTE 1 LA ESENCIA DE LA LITURGIA
Cuando Moisés pide al Faraón que los deje salir, es porque Dios les ha dicho que tienen que adorarlo en el desierto (Ex 7,16): este es el verdadero motivo del Éxodo, pues en el Sinaí, al adorar a Dios, van a conformarse como un verdadero Pueblo, con una moral y un modo de adorar a Dios concreto.
No pueden separarse Adoración, Derecho y Ética, pues estas últimas sin la primera llevan a una reducción o empequeñecimiento del hombre: no hay un norte o piedra segura a la que aferrarse (un “ser” al que se rinde cuentas, tal que se llega a las dictaduras ideológicas del siglo XX).
La Liturgia es la adoración debida a Dios, pero es Él quien se revela y decide cómo debe ser adorado (Ex 8,27) para que entremos en su vida: no es invención de ritos por parte de los hombres, pues equivaldría a someter a Dios a nosotros, como quisieron hacer con el becerro de oro.