Tomás H. Jerez

jueves, 30 de mayo de 2013

EL ROQUETE



Su origen histórico es antiquísimo, pues si bien su nombre actual latino, rochettum, no se documenta hasta 1220, en un inventario de la parroquia de Ruscomb en Inglaterra, como prenda es sin duda muy anterior, dado que en documentos del siglo IX ya aparecía citada en Roma una vestidura blanca que recibía el nombre de camisia, cuyo uso quedaba reservado a sólo ciertos eclesiásticos. Este primitivo roquete era prenda talar; así se desprende de la exigencia del sínodo de Tréveris de 1238, que reclamaba que llegase hasta los pies; algo similar expresaba en el de Colonia de 1260, donde se instó a que fuese tan largo que no permitiese la visión de las prendas inferiores. De esa misma centuria existen testimonios que confirman que el usado por el papa era de tal largura que incluso debía de serle levantado para caminar. Sin embargo, de una atenta visión de las pinturas de la baja Edad Media y Edad Moderna podemos deducir cómo esta versión talar se fue paulatinamente acortando hasta adquirir la forma actual.