En la fiesta del Pesaj ya en tiempo de Jesús se usaba un mantel blanco, muy probablemente porque es el color de lo sagrado y divino. En las comunidades cristianas los primeros testimonios los encontramos en el siglo II y III, que hablan del uso del mantel blanco en las celebraciones de la Cena del Señor.
En la fiesta del Pesaj que en hebreo significa “pasaje”, se celebra la fiesta de la liberación de los hebreos de la esclavitud en Egipto. Esta es la primera de las tres grandes fiestas bíblicas, junto a Shavuot y a Succot. Para esta celebración la mesa se preparaba con gran esmero antes de que anochezca y se cubría con el mejor mantel de que disponía la familia. Encima de la mesa se colocaban los recipientes para las matzot (quearáh), que suelen consistir en una bandeja metálica o en un canasto; contienen tres matzot, que se cubren con tres paños de tela o con un solo paño plegado en tres partes. Dos matzot ocupan el lugar de los dos panes que se consumen en la cena del shabat, y la tercera se fracciona en dos mitades: una mitad se emplea para la bendición ritual del pan, haciendo las veces del amosí, en tanto que la otra mitad se reserva para el final del séder (aficomán).
Los manteles se utilizaban también para la celebración del shabat, cuando el sol se escondía en el horizonte el viernes por la tarde, la mujer preparaba la mesa y ponía sobre un mantel bordado los dos panes rituales, colocados en un plato y cubiertos con un paño de tela, y que simbolizan el maná que caía del cielo para que se alimentaran los israelitas durante su tránsito por el desierto tras el éxodo de Egipto; luego enciende dos velas y las lámparas de la casa.
El uso del mantel en la liturgia cristiana tiene sus antecedentes en las prácticas religiosas del pueblo judío, del cual nace el cristianismo.
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